Milenio

EL ÚLTIMO APLAUSO

RAFAEL MÁRQUEZ SE DESPIDIÓ DE LA AFICIÓN DEL ESTADIO JALISCO CON EL TRIUNFO DEL ATLAS SOBRE CHIVAS EN EL CLÁSICO TAPATÍO; LA PRÓXIMA SEMANA SERÁ SU RETIRO OFICIAL DE LA LIGA MX, A LA ESPERA DE IR AL MUNDIAL

- Alberto Ávalos/Guadalajar­a, Jal.

El adiós de un grande al lado de los suyos. La caída del odiado rival. La fiesta perfecta, la cereza en el pastel para Rafael Márquez. Noche de viernes en la perla tapatía. Noche de Clásico Tapatío. Atlas ganó 1-0 a Chivas en el último juego de Rafael Márquez en el estadio Jalisco antes de colgar los botines. El 19 de octubre de 1996 quedará marcado como la fecha en que uno de los jugadores más brillantes que ha tenido el futbol mexicano debutó.

Aún no se jugaba ni el minuto y Milton Caraglio se comió el sector derecho defensivo del Rebaño. El atacante avanzó con balón controlado y sirvió al corazón del área para Edyairth Ortega que empujó al fondo de la red para su segundo gol en Primera División. La fiesta no podía ser mejor, el local lo ganaba pronto. A Chivas le costó. La gran cantidad de jóvenes no le ayudó en el funcionami­ento. Cada que los rojinegros cruzaban tres cuartos de cancha lucían peligrosos. Rodolfo Cota fue la figura en la primera mitad, Milton su dolor de cabeza.

Nadie puede negar que este partido tiene una vibra diferente. Que aun sin nada en juego la gente lo vibra como si se tratara de dejar la vida en 90 minutos. Son dos ideas diferentes de admirar el futbol, cada una respetable a su manera, pero que es capaz de dividir una ciudad. Las más de 45 mil personas en el Jalisco se llevan una mención aparte. Monumental, casa de una rivalidad así por excelencia. Con sus años y desperfect­os, desprende un aroma a futbol que muy pocos recintos ofrecen y más con Guadalajar­a y Atlas sobre la cancha.

La segunda mitad también inició con olor a gol sobre el área rojiblanca. Ahí estuvo Cota para negar la anotación a Brayan Garnica en un mano a mano en el 53’. El propio Márquez tuvo un par, primero en tiro libre desviado por la barrera y después en tiro de esquina en el que la pelota se fue por arriba del marco al 56’.

Fue hasta el 64’, cuando Chivas dio avisos de que todavía tenía vida. Ángel Zaldívar con riñones ganó un balón en las inmediacio­nes del área atlista y de zurda probó a José Hernández que con la mirada acompañó la trayectori­a del esférico, aunque no pasó a mayores. El transcurri­r de los minutos fue de trámite. La gente sabía que era momento de decir adiós al todavía capitán de la selección mexicana y que sueña con disputar en Rusia su quinto Mundial, aunque no será fácil.

Márquez salió en la compensaci­ón, el estadio le rindió el homenaje que una figura de su talla y multicampe­ón en Europa merece. El color quedó de lado, con playera de Chivas, de Atlas. Todos de pie, aplaudiend­o y gritando su nombre. Hasta Matías Almeyda se acercó a él para fundirse en un abrazo. Rafa fue llevado a los hombros de sus compañeros una vez que se escuchó el silbatazo final, aplaudiend­o a La Fiel y al borde de las lágrimas. Un pasillo de camisetas atlistas le acompañó en su camino al túnel. El Clásico fue tapatío, pero con nombre y apellido: Rafael Márquez.

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Márquez vivió un encuentro especial ante su afición
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Rafa fue arropado en todo momento por sus compañeros

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