Negocios
desempeñando trabajos menores; sin embargo, pronto descubrió su talento para leer hojas de cálculo, desde donde era capaz de identificar las virtudes de las compañías que estaban en quiebra. Poco a poco fue adquiriendo por casi nada una serie de compañías en bancarrota, a las cuales rescataba y vendía a un precio superior. Con el paso de los años fue amasando una pequeña fortuna, con la que formó una compañía de juguetes llamada Toy Biz. A través de dicha empresa, Perlmutter invirtió en Marvel, movimiento que de manera sorpresiva lo llevó a la mesa directiva de la casa de cómics. Ya dentro del barco, fue testigo del declive de Marvel, lo cual casi la lleva a la bancarrota en 1996. En ese contexto, Ike mostró su as bajo la manga: propuso fusionar a Marvel con Toy Biz, con el objetivo de tener liquidez y acabar con los problemas financieros, dando paso a Marvel Enterprises. De ahí, su escalada en la nueva empresa fue vertiginosa: en 2001 se convirtió en vicepresidente y en 2005 en CEO. Perlmutter llegó a la dirección de Marvel Enterprises dejando algo muy en claro: él no era un fan recalcitrante de los cómics, sino un hombre de negocios que estaba ahí para velar por los intereses económicos de la compañía, con el firme objetivo de llevarla a ser una de las más grandes del mundo. En el camino, como en las aventuras que narran las historias de Marvel, se fue haciendo de amigos, pero sobre todo de enemigos, quienes no dudan un solo segundo al señalarlo como un jefe autoritario, tacaño, racista, misógino y de ideología ultraderechista. Se sabe que apoyó con varios millones de dólares la campaña presidencial de Donald Trump, además de que es señalado por ser quien está detrás de la oposición de lanzar películas de superhéroes protagonizadas por mujeres, argumentando, que en el pasado filmes como Supergirl y Catwoman han sido un rotundo fracaso. Con perfil de supervillano —como Thanos en la próxima entrega de Avengers—, Ike ahora es el presidente de Marvel Entertainment, silla desde donde domina un universo de ficción, el cual le ha ayudado a amasar una fortuna de 4 mil millones de dólares, que seguramente no gasta en cómics. m