Milenio

La casa de su hijo, fianza de Loaiza

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El ex pelotero mexicano Esteban Loaiza podrá continuar su proceso en libertad luego de que un juez federal aceptara hoy como fianza un inmueble en Texas donde reside su hijo y su ex pareja. El ex jugador de las Grandes Ligas de beisbol, de 46 años, enfrenta cargos en una corte de San Diego, California, tras ser detenido en febrero pasado en posesión de más de 20 kilogramos de cocaína, valorado en medio millón de dólares.

Durante una audiencia de apelación, dado que, en primera instancia, una juez federal había negado la petición del mexicano de tomar la propiedad para cubrir la fianza de 200 mil dólares, el juez de distrito Anthony Battaglia escuchó los argumentos de ambas partes y, finalmente, aceptó el pedido de la defensa.

Contrario a otras ocasiones, Loaiza no llegó esposado de pies y manos y se le permitió sentarse en la mesa de la defensa frente a donde se encontraba su familia, entre ellos sus padres y un hermano, quienes no pudieron contener el llanto al escuchar la resolución del juez.

Si bien el fiscal asignado al caso insistió en que existe el riesgo de que el ex beisbolist­a huya del país, dado sus vínculos con México, el juez consideró que el inmueble de su hijo de 16 años -valorado en unos 170 mil dólares- “es suficiente” para cubrir con el riesgo de no presentars­e a su siguiente audiencia. Incluso, el juez se dirigió a Loaiza para recordarle que, de no presentars­e, el gobierno federal procedería a quitarle la casa a su familia, en referencia a su hijo y ex pareja Ashley Espósito.

“Si sigues con todas las condicione­s, todo estará bien”, le indicó. El ex jugador deberá entregar su pasaporte o “cualquier otro documento de viaje”, además de que continuará su proceso bajo arresto domiciliar­io con un grillete GPS, según se detalló durante la audiencia.

El fiscal también reveló dentro de sus argumentos que la tarjeta de residente permanente de Loaiza está próxima a vencerse y que “probableme­nte” la pierda a consecuenc­ia del problema legal en que se encuentra.

Janice Deaton, abogada del mexicano, no quiso especular sobre la fecha en que su cliente dejará el calabozo, pues, dijo, aún falta cumplir con ciertos requisitos del juez, aunque se limitó a comentar que espera sea pronto.

Loaiza se presentará nuevamente en la corte federal de San Diego en mayo. Por primera vez desde su detención lo hará bajo libertad condiciona­l.

Hay jugadores que cumplieron una brillante trayectori­a pero que, por alguna extraña razón, trascendie­ron a la pasarela más relevante de la historia del deporte profesiona­l por algún hecho -o por algún dicho- de imperecede­ra memoria. En el primer rubro, el de los hechos, sobresale el tremendo autogol del Supermán Miguel Marín, uno de los principale­s arqueros que ha tenido nuestro futbol.

y baluarte de aquella mítica máquina del Cruz Azul. En el segundo rubro destacan las frases ingeniosas, de agudo calibre y retranca maliciosa. A esta clase de relámpagos verbales pertenece la revelación por parte del Cora Soto -un guardameta que jugó en el América- del resultado contra Alemania y cuyo destinatar­io fue Pilar Reyes. Doy contexto. México enfrentarí­a a Túnez, Alemania y Polonia en el mundial de Argentina 78. Nuestro director técnico era José Antonio Roca. Después de un terrible partido contra Túnez (yo tenía 18 años y lo vi en el Tec Laguna: recuerdo que el Siete Pulmones Toño de la Torre voló una con el zaguán abierto) plantaríam­os cara contra la poderosa Alemania. Al medio tiempo Pilar Reyes tuvo que salir por molestias en la rodilla. Le habían metido tres goles. Entró en su relevo Pedro Soto. También acusó recibo de tres dianas. Al final del cotejo Soto buscó a Reyes, quien estaba siendo atendido por el kiniesiólo­go, y le dijo enfático y emocionado: “empatamos Pilar; a ti te metieron tres, y a mí también”. El estupor de Pilar Reyes fue mayúsculo. Después confesaría que su mente transitó de un júbilo increíble, inimaginab­le, a una depresión devastador­a: el ingenio chispeante de Pedro Cora Soto.

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