PREMIO PRINCESA DE ASTURIAS, A SCORSESE
Analizan suspender este año la entrega del Nobel de Literatura
La pianista mexicana Daniela Liebman, considerada “niña prodigio”, debutó en 2014 en el Palacio de Bellas Artes. Su interpretación de obras de Wolfgang Amadeus Mozart y de Luigi Boccherini deleitaron a los asistentes, quienes fueron conquistados por el talento de la pequeña de apenas 11 años.
Ahora, cerca de cumplir 16 años, la pianista realizará una serie de presentaciones en México a partir de junio. León, Guanajuato, es la primera escala, para en seguida regresar al máximo escenario cultural del país: el Palacio de Bellas Artes.
En entrevista telefónica con MILENIO, Liebman expresó estar muy emocionada “por las presentaciones (en Bellas Artes) de los días 8 y 10 de junio con la Sinfónica Nacional. Tocaré el Concierto número 1, de Mendelssohn. Es muy difícil tanto técnica como musicalmente, pero también muy digerible, así que cualquier tipo de público, músico o no, lo disfrutará”.
La pianista reiteró su entusiasmo porque en junio también ofrecerá conciertos en Sudamérica. Pero las sorpresas no terminan: el 1 de junio, mismo día del recital en León, saldrá también su primer álbum, Daniela Liebman, con composiciones de Manuel M. Ponce, Schubert y Chopin. “También me emociona sacar este material digitalmente y lanzarlo en iTunes y Spotify. La Balada núm. 3 en la bemol mayor, op. 47, de Federico Chopin; la Balada mexicana, de Manuel M. Ponce, y los Cuatro impromptus, d. 899, op. 90, de Franz Schubert, son algunas de mis piezas favoritas, por lo que quise sacarlas en este primer disco”, comentó al resaltar la alegría y satisfacción que le produjo conjuntarlas, y la pianista remató: “Todas pertenecen al periodo romántico, así que van muy bien juntas”.
La de Liebman ha sido una infancia de éxito: es la primera mexicana (a su edad) en tocar en el Carnegie Hall, en Nueva York, además de que fue nombrada por la revista Forbes como uno de los 50 mexicanos más creativos en el mundo y una de las 100 mujeres más poderosas de México, entre otros reconocimientos. El éxito te llegó a corta edad, ¿cómo lo has manejado? Me siento muy suertuda de haber tenido la oportunidad de estar en esa posición, de recibir tanto apoyo de la gente, de la prensa y de mi familia, así que estoy muy honrada de tener la oportunidad de compartir música con tanta gente y dar muchos conciertos. Me considero muy afortunada de poder hacer lo que más me gusta y poder compartirlo con gente de todas las edades, que se olviden del mundo un ratito y que disfruten del arte. El disco tiene el respaldo de David Lie, ganador de un Grammy. ¿Cómo fue su trabajo en conjunto? Sí, él ha sido nominado varias veces y ha ganado un Grammy; también es mi mánager en la agencia en la que estoy. ¡Tengo mucha suerte!
El disco lo grabé en los estudios
“Me considero afortunada de poder hacer lo que más me gusta y compartirlo” Es la primera mexicana de su edad en tocar en el Carnegie Hall, en Nueva York
Yamaha, ya que soy artista de Yamaha Internacional, la más joven. Toda la grabación es en un piano Bösendorfer de gran cola. ¿Cómo fue el proceso de realización del disco? Fui a Nueva York a grabarlo y elegí el repertorio que quería tocar para el álbum. Los dos estuvimos trabajando en el piano. Fue una experiencia nueva y muy buena, no solo por ser mi primer álbum, sino por presentar el trabajo de muchos años y compartirlo de una forma novedosa, no solo en concierto sino en grabación. ¿Qué recomendación les das a los niños para que se acerquen a la música clásica? El primer paso para poder verdaderamente escucharla de una manera que te pueda interesar es darle una oportunidad, porque hay gente que cree que es aburrida, pero no es cierto. Yo tuve la oportunidad de escucharla y mi oído se fue acostumbrando a ella desde una edad muy temprana. Es necesario darle una oportunidad y escucharla con una mentalidad abierta, porque la música clásica es algo muy especial. Hay tantos estilos y mucha variedad que hay que encontrar la que a cada uno le gusta. ¿Y a los papás? Es importante que los padres acerquen, ayuden y apoyen a los niños en esta música tan bonita y muy buena para el cerebro; la clásica lo desarrolla de una manera que ningún otro arte puede hacer. A veces, cuando uno empieza a una edad tan temprana, es muy difícil concentrarte por periodos largos, así que es más fácil cuando tienes a un adulto a un lado y trata de inspirarte para ir a un concierto. Eso puede ayudar. m