Milenio

El Madrid mira a Kiev

Sin ofrecer un buen partido, el equipo de Zidane se impuso en la visita al Bayern Múnich y dio un paso muy importante hacia la Final de la Champions

- EFE/Múnich, Ale. Sergio Ramos remata con la cabeza

El Real Madrid conquistó por tercera ocasión consecutiv­a el Allianz Arena, para dar un paso firme hacia la Final de Kiev y la búsqueda de la tercera corona consecutiv­a, tras superar momentos de sufrimient­o ante el empuje del Bayern, pero acabar resurgiend­o con la pegada de Marcelo y Marco Asensio.

Las bestias negras son cosas del pasado para un Real Madrid que domina el futbol europeo y ya es leyenda tras ser el primero en conquistar dos Ligas de Campeones consecutiv­as y tres de las cuatro últimas ediciones. El presente lo marca un gen ganador, una pausa en los malos momentos y el convencimi­ento de estar capacitado­s para dar la vuelta a cualquier situación que se le presente. Volvió a ocurrir en el minuto 93 ante la Juventus en cuartos y cuando peor pintaban las cosas en un Allianz Arena encendido.

El Bayern, dominador total del futbol alemán donde no encuentra rival, salió con ganas de revancha ante su último verdugo. El duelo de colosos y favoritos al título arrancaba con un ritmo endiablado que impedía ejecutar la idea inicial de Zinedine Zidane. La ausencia de Alaba era un factor a explotar que le hizo decidirse. El intocable Benzema al banquillo. El Real Madrid jugaría con un solo punta y Lucas Vázquez buscando las cosquillas a un lateral cambiado de banda como Rafinha en la solución de urgencia de Heynckes.

Los planes de Zidane no salieron. Apostar por futbolista­s como Modric, Kroos e Isco para tener el balón pero acabar corriendo detrás de él no era lo esperado. El encuentro nació torcido. Pasaban segundos y un mal despeje de Carvajal, nervioso todo el primer acto y pasado de revolucion­es en varias entradas, dejaba solo al peor enemigo, Lewandowsk­i, que escorado buscaba un pase que no remataba bien Müller.

Segundos después respondía el Real Madrid aprovechan­do un error de colocación del Bayern. Marcelo veía en profundida­d a Kroos que no encontraba rematador. Las cartas estaban sobre la mesa en un intercambi­o de golpes que se frenó con la lesión de Robben. Era el minuto 5 cuando el jugador de cristal se sentó sobre el césped.

El plan de Heynckes de atacar con extremos se modificaba con la entrada de Thiago, sin embargo su presencia le daba el balón. Y es que al Bayern le sobra abril de 2018 B. MÚNICH REAL MADRID corazón y de la nada saca goles. Fue cuando llegó el golpe en los instantes en los que los de Zidane comenzaban a tener la posesión y Carvajal probaba a Ulreich. La primera subida de Marcelo dejó metros a su espalda que devoró Kimmich. Encontró el error de Keylor Navas, el segundo grave consecutiv­o tras el tercer tanto de la Juventus en el Bernabéu, y adelantó al Bayern Múnich. El portero tico se anticipó esperando un centro y cuando vio que era un disparo centrado reaccionó tarde.

Llegaron momentos de duda en los que supo sufrir el Real Madrid y perdonó el Bayern, especialme­nte Ribery cuando completame­nte solo controló mal y no definió ante la salida de Keylor. Llegaba la segunda lesión del local, la de Boateng, como un directo al mentón del Bayern. Heynckes se quedaba sin dos cambios ante el desgaste que le esperaba a su equipo. Hummels perdonaba otra clara tras un tiro de esquina. Fue cuando llegó el tanto del respiro. Confiado siempre en sus posibilida­des, de un centro que cayó del cielo de Lucas Vázquez, apareció la zurda de Marcelo, que a un minuto del final del primer acto ponía el empate enganchand­o un disparo cruzado, inalcanzab­le para el portero germano. El Allianz era terreno conquistad­o recienteme­nte y los jugadores madridista­s sabían cómo volver a hacerlo. El tanto les permitía defender bien y golpear al contragolp­e. Para eso recuperaba el equilibrio Zidane con un cambio en el descanso. Isco, con molestias en un hombro, dejaba paso a Marco Asensio y a un 4-4-2 en el que el Real Madrid recuperó credencial­es.

Fue una segunda parte en la que Ribery hizo todo lo posible por ser el héroe del partido, pero Asensio le arrebató el protagonis­mo. El extremo francés hizo diabluras desde el costado izquierdo, sometiendo a tal desgaste a Carvajal que acabó lesionado. Dos recortes y asistencia a Müller para que Ramos fuese salvador.

Cuando se esperaba el aluvión del Bayern llegó un regalo que terminó por decideirun gran partido. El error de Rafinha marcó el duelo en una salida de balón, con su equipo volcado y dando el pase a Asensio. Corrió con velocidad junto a su socio Lucas Vázquez y la asistencia la mandó a la red con tranquilid­ad y un disparo cruzado. El Real Madrid ya había golpeado de nuevo y de manera definitiva.

Le restaba poco más de media hora de dejarse el alma defendiend­o ante un Bayern con más corazón que cabeza, que nunca se dio por vencido. Keylor se quitaba la espina con una gran parada de reflejos a Ribery. Y le sacaba otra con rodilla en tierra. Recuperaba la confianza perdida y volvía dar seguridad a su equipo. Así se acabó el tiempo y el rey de Europa había vencido por sexta ocasión consecutiv­a a su antigua bestia negra.

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Marcelo y Ramos festejan el tanto del brasileño
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