¡Eres grande, López Obrador!
Desde el primer debate me la he pasado escuchando cualquier cantidad de disparates sobre los candidatos. Lo increíble de la mayoría de estas historias es la ausencia de contexto.
Todo el mundo habla de López Obrador, Meade, Anaya, Zavala y El Bronco como si no hubiera antecedentes.
Andrés Manuel no encabeza las encuestas por populista. López Obrador es el campeón de todas las cifras por dos razones:
Primero, porque existe la percepción de que las últimas administraciones que hemos tenido lo han hecho mal y, segundo, porque el señor es el único que ha entendido las reglas del juego de la comunicación hoy.
¿A qué me refiero con lo de las últimas administraciones? A ideas que nadie ha querido decir de frente.
Si existiera la percepción de que fuera buena nuestra actual Presidencia, emanada de una coalición encabezada por el PRI, la gente estaría pidiendo continuidad.
Pero no, un amplio sector de la sociedad está molesto y quiere un cambio.
¿Entonces por qué Anaya no está en primer lugar? Porque en las elecciones pasadas millones de mexicanos votaron por Peña Nieto para huir del PAN y Ricardo será de la alianza que usted quiera, pero tiene la etiqueta del PAN.
Lo mismo pasa con la señora Zavala. ¿De qué sirve que se defienda como una mujer con una personalidad propia frente a su esposo si a la hora de los trancazos le recuerda a las multitudes, orgullosa, que es panista?
Por la más elemental lógica del voto de castigo, la única opción de cambio que le queda a muchos hombres y mujeres es López Obrador.
¿Y el miedo? ¿Y todo lo que dicen las buenas conciencias? Las campañas de miedo ya las vimos en 2006 y en 2012. ¡Las vimos incluso con esos spots tan manipuladores de los niños que ahora claman por la educación, como antes afirmaban que México había tocado fondo en materia de violencia para asustar a los votantes!
¿Y qué pasó? Pues que hubo personas que no votaron por Andrés Manuel dizque para bajarle al miedo y a la violencia, pero el miedo y la violencia aumentaron.
Señores: López Obrador va arriba porque o nadie lo ha hecho bien o nadie se lo supo comunicar en su momento al pueblo de México.
Muchos de ustedes lo acusan de soberbio. ¡Perfecto! ¿Pero quién es más soberbio, él con sus defectos o ustedes que suponen que repitiendo las estrategias que utilizaron en 2006 y 2012 van a conseguir lo mismo?
¿Por qué estoy escribiendo esto? ¿Acaso es por amor al candidato de Morena?
Estoy escribiendo esto de Andrés Manuel como lo podría estar escribiendo de cualquier candidato en sus circunstancias.
Señores: sean humildes, reconozcan sus errores, ofrezcan disculpas, corrijan y aprendan.
¿Aprendan qué? A comunicarse como los políticos se deben comunicar hoy: construyendo personajes y leyendo la cultura del no.
¿Por qué creen que ganó Donald Trump en Estados Unidos? Yo aquí se los publiqué en 2016 y 2017.
¿Y El Bronco? ¿Qué, acaso El Bronco no es un gran personaje y no domina el arte del no?
Por supuesto que lo es y que lo domina, pero su no es negativo, siempre nos lleva a la violencia, a la muerte.
El no de Andrés Manuel, en cambio, lleva un admirable matiz de esperanza y eso no deja de ser fascinante para los que estudiamos la comunicación. ¿O usted qué opina? M
Las campañas de miedo ya las vimos en 2006 y en 2012... pero el miedo y la violencia aumentaron