Milenio

Con sabor a Liguilla

Un empate en el clásico regio cerró el torneo regular de Tigres y Rayados, que ya piensan en los cuartos de final

- Redacción/Monterrey, NL

Los seguidores de Tigres y Rayados salieron complacido­s por los cuatro goles en el empate 2-2 en la edición 116 del clásico regiomonta­no, resultado que dejó al cuadro albiazul por encima del conjunto felino en la tabla.

Tigres salió favorecido por el resultado porque los segundos 45 minutos del partido los jugó con 10 hombres, tras la expulsión de Alberto Acosta.

Monterrey no se guardó nada, aplicó su habitual presión alta desde el arranque, incomodand­o al rival desde la salida.

Ese hostigamie­nto rindió frutos para Monterrey, porque al minuto 5 provocaron un error felino en mediocampo. Avilés Hurtado apareció por izquierda para enfrentar la doble cobertura de Hugo Ayala y de Acosta, y el lateral trabó al colombiano dentro del área.

El árbitro Jorge Pérez no decretó la jugada como falta, pero recibió la opinión del asistente y al final marcó el penal, ejecutado de forma impecable por Nicolás Sánchez a la izquierda de un Nahuel Guzmán, quien se quedó quieto al centro de su arco.

El golpe del Monterrey sacudió el ánimo del anfitrión, que de a poco adelantó líneas y si bien no ofreció su estilo de control, al menos dio indicios de una buena respuesta ante la desventaja.

En su primer intento ofensivo, al 18’, la visita logró el empate, igual de polémico que el penal, porque la pared que André-Pierre Gignac cedió a Enner Valencia encontró adelantado al ecuatorian­o, quien definió de derecha para vencer a Hugo González.

Hasta ese momento, el clásico norteño cumplía con las expectativ­as, con dos equipos en busca de hacerse daño y agradar al público que colmó El Volcán; Tigres, mediante los arribos por derecha de Jürgen Damm, y Monterrey, con lances por izquierda de Avilés o de Jonathan Urretavisc­aya.

En el último minuto del primer tiempo, Acosta barrió a destiempo y se llevó a Urreta para ser expulsado tras ver la segunda amonestaci­ón.

En el comienzo del segundo tiempo, Antonio Mohamed mandó a la cancha al juvenil Éric Cantú por Stefan Medina, y El Tuca Ferretti respondió al ordenar una línea de cinco defensores, con Javier Aquino y Damm como carrileros, y Juninho, Ayala y Jorge Torres Nilo como centrales.

La roja castigó a la escuadra universita­ria porque apenas a los seis minutos Urreta cobró un tiro libre al corazón del área, justo a la llegada de Nico Sánchez, astuto para rematar con la cabeza ante la salida tardía de Nahuel.

El equipo albiazul no renunció a cuidar el marcador, al contrario, siguió al frente para aumentar la ventaja, y cuando mejor se sentía en el terreno de juego, Juninho mandó un balón desde su zona defensiva y dejó a Gignac en un mano a mano con César Montes, al que se quitó con un doble amague, y después definió entre las piernas del defensa, cruzando el intento de achique de González para provocar la felicidad en el Universita­rio.

Mohamed intentó recuperar el mando del encuentro con el ingreso de Dorlan Pabón en lugar de Urretavisc­aya; por su parte, Ferretti envió a Eduardo Vargas por Valencia para aumentar su poder en ataque, pero ninguno de los dos vio más goles en el electrónic­o.

La fiesta del Volcán no terminó y aguarda por la Liguilla.

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La celebració­n del defensa Nicolás Sánchez
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