“El cine contemporáneo no me interesa”: Jan Švankmajer
El director checo, que con antelación participó en el FINI 2018, en Hidalgo, ofrecerá también en Ciudad de México una masterclass
El Festival Internacional de la Imagen (FINI) 2018 inició el pasado fin de semana con la participación del cineasta checo Jan Švankmajer (Praga, 1934), en la conferencia sobre la productora cinematográfica checa Athanor, la cual ha producido todas sus películas. Ahí, en las instalaciones de la Universidad Autónoma de Hidalgo, estuvo acompañado por los productores Jaromír Kallista y Pavla Kallistová.
Esta es la primera de varias actividades que tendrá tanto en Pachuca, Hidalgo, como en Ciudad de México, donde mañana, en la Cineteca Nacional, se presenta un retrospectiva de su obra, donde también brindará una masterclass.
Entre las principales influencias de Švankmajer están Lewis Carroll, Edgar Allan Poe, las novelas negras, el romanticismo alemán, los poetas malditos y los surrealistas. Entre sus películas y metrajes más representativos están Alicia (1988) y Fausto (1994). Su cinematografía, muy apoyada en el Stop motion, ha inspirado a toda una generación de nuevos cineastas como Tim Burton o Terry Gilliam. En el contexto del festival, el cineasta checo habló en exclusiva para MILENIO. ¿Cuál es tu opinión del cine moderno?, ¿qué directores actuales disfrutas? No sigo la producción mundial contemporánea, ni la checa. Todo me parece malignamente comercial. Al que sigo es a David Lynch. Recientemente vi los discos de la última temporada de Twin Peaks (2017) y me impresionó. Pienso que hoy en día es una de las pocas cosas realmente innovadoras. Se ha dicho que tu trabajo ha inspirado a directores más jóvenes como Terry Gilliam o Tim Burton, ¿cuál es tu opinión de su filmografía? Sí, conozco sus películas, me encanta sobre todo la película Brazil (1985), de Gilliam. Burton es definitivamente un director hábil; sin embargo, sus obras siguen un camino distinto a las mías. Cuéntanos un poco de tus inicios en el cine, ¿cómo llegaste a él? En el grupo Laterna Magika (teatro multimedia en Praga, donde se combina la actuación con ballet y cine); ahí las películas me fascinaron por las posibilidades que ofrece el montaje audiovisual. Además, el cine se puede preservar y, gracias a eso, esperar a su público. Pero en esa época, el Estado tuvo un monopolio sobre la producción cinematográfica, la situación era difícil por la censura y varios de mis guiones terminaron en el “cajón”. Conspiradores del placer, Lunacy o Insectos son proyectos de los años 70 del siglo pasado que no pudieron ser realizados. ¿Por qué decidiste usar el Stop motion? Nunca me consideré director de películas de animación, la utilizo solamente como un recurso de expresión. No me sirve para mover cosas inanimadas sino para darles vida. La animación es magia y el animador es un chamán. Para nuestros antepasados todas las cosas estaban vivas, pero para la civilización actual solamente significan masa muerta. Y para darles vida necesitamos la tecnología. ¿Te sientes identificado con algún autor contemporáneo? Para ser sincero, en el mundo literario actual no veo ninguna estrella tan brillante como fueron los ejemplos de nuestra generación: André Bretón, Louis-Ferdinand Céline, Franz Kafka. Este último es uno de los innovadores del siglo XX. Por supuesto me influyó a mí también. ¿Qué significado tiene México para ti? Nunca he estado antes en México, aunque desde siempre he tenido ganas de conocer el país. Cuando era joven devoraba Historia de la conquista de México de William H. Prescott e imaginaba cómo era. También es significativo para mí ya que allá grabó muchas de sus películas Luis Buñuel, al que admiro inmensamente. Además, es el país de la pintora surrealista Frida Kahlo y donde huyó León Trotski. ¿Cuál es la importancia de la imaginación en la vida cotidiana? Baudelaire dice que la imaginación es la reina de las habilidades humanas. La imaginación es quien humanizó al humano, no el trabajo. m