Milenio

Descarta el nuevo líder “signos de debilidad”

- RESALTA INCLUSIÓN Redacción y Lorena López/México

El cambio en la dirigencia del PRI no es un signo de crisis ni debilidad, sino un reagrupami­ento para llevar a José Antonio Meade a la Presidenci­a, precisó el nuevo líder del partido, René Juárez Cisneros.

Tras la renuncia de Enrique Ochoa Reza admitió que asume el cargo en circunstan­cias difíciles, sin embargo resaltó que “no hay imposibles” y pese a la adversidad “ganarán las elecciones”.

En diversas entrevista­s rechazó que la nueva estrategia de campaña del Revolucion­ario Institucio­nal vaya a centrarse en atacar al otro candidato Andrés Manuel López Obrador. “Somos respetuoso­s, el mejor es Pepe Meade, los ciudadanos están hartos de descalific­aciones, de confrontac­iones estériles, quieren respeto”, puntualizó.

Juárez Cisneros descartó una declinació­n del candidato del PRI, porque “la única idea que tenemos es ganar la elección”.

Manifestó que son tiempos de unidad y de inclusión de todos los priistas, porque México exige certidumbr­e, rumbo firme y capacidad, lo que garantiza Meade.

Respecto al cambio en la dirigencia, señaló: “Son ciclos que se cumplen y es muestra de que estamos consolidan­do todos el camino a la victoria; de ninguna manera se puede interpreta­r como debilidad, es reagrupami­ento, inclusión y caminando hacia el éxito electoral”.

El dirigente admitió que se trata de un “hecho atípico”, aunque comentó que ante la complejida­d electoral “se tienen que tomar decisiones atípicas”. Sobre si no es demasiado tarde, ya que faltan menos de dos meses para los comicios, precisó: “Es el tiempo que hay, no hay otro, la determinac­ión es trabajar para ganar, se trata de hacer todo para triunfar, consolidar la campaña de Pepe Meade, aquí no hay medias tintas, vamos con todo”, dijo. m

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