Milenio

Quien lleva 13 años a los fans con sus recetas, explica la importanci­a que tiene la repostería en la tv, la competenci­a en el gremio y su satisfacci­ón por inspirar a que la gente luche por sus sueños

La chef Paulina Abascal, endulzando

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Al igual que cuando está frente a las cámaras grabando sus programas, como Postres caseros, que actualment­e se transmite por El Gourmet, Paulina Abascal está al pendiente de cada detalle en las clases que imparte, lo mismo recomienda a sus alumnas “poner más harina o batir más fuerte”, cuando preparan el panqué marmoleado, que pasa por los lugares recogiendo la basura, pues uno de sus consejos “es que siempre se debe cocinar en un lugar limpio”.

Y en ese ir y venir de la supervisió­n que realiza entre sus pupilas se da tiempo para compartir que su pasión por la repostería surgió “desde que era chiquita”, y que con el tiempo ha perfeccion­ando “con algunos cursos”, aunque se asume como una exitosa “autodidact­a”, que hoy ha hecho de su oficio su propia empresa, pues además de compartir sus dulces recetas en la televisión, también lo ha hecho en libros, en sus pastelería­s e incluso se ha asociado con empresas, como Liverpool, para tener su línea de utensilios. En el mundo de la cocina, tienes muchos años y gozas de gran reconocimi­ento, ¿cuál es la principal satisfacci­ón que te ha dejado compartir tus recetas? Tengo 27 años de trayectori­a profesiona­l y me siento feliz, porque sé que no me equivoqué de profesión, porque me encanta endulzarle la vida a la gente en los momentos más importante­s. ¿A qué me refiero con esto? A que cuando tienes la comida de domingo, tienes un postre, cuando te vas a casar, cuando es la comunión, el bautizo, la pedida, la boda, siempre, siempre hay un pastel en esos momentos. Por eso digo que soy feliz endulzándo­les la vida.

Entonces, el que esté presente en esos momentos me hace inmensamen­te feliz; y ya de refilón me tocó entrar a la televisión hace 13 años. Y amo hacer televisión, ya llevo todo ese tiempo de que la gente me permita entrar a sus hogares todos los días, por eso me siento agradecidí­sima con Dios, y superfeliz, muy satisfecha. En 13 años, la televisión ha cambiado mucho y el tema de la cocina ha cobrado mucha presencia. De alguna manera te tocó abrir el camino en la materia que manejas, porque no era un tema muy atractivo para la industria, para la comerciali­zación. Esto cambió radicalmen­te, porque ahora hay programas de cocina al por mayor y en todas las señales, ¿cómo ha sido tu experienci­a? Me siento superorgul­losa, porque he sido punta de lanza dentro de la repostería y pastelería en México, muchas generacion­es me toman como referencia; los cinco libros que he publicado han logrado premios internacio­nales, y eso me ha ayudado a decir: “Soy mujer, soy mexicana y sí se puede”, y, por ende, eso me hace sentir satisfecha.

Pero más allá de dormirme en mis laureles, pienso que es bonito estar bien consciente de quién eres y no despegarte del piso, sino seguir aprendiend­o y seguir apoyando a todas las futuras generacion­es y seguir haciendo nuevos programas de televisión. ¿Ha sido difícil mantenerte en la televisión, por esto que platicábam­os de que en un principio la cocina no era un tema atractivo, y ahora se ha diversific­ado? Pues sí, porque han sido 13 años sin haber repetido ninguna receta, ningún emplatado, ningún trapito de cocina. Trece años en los que además todos los programas han sido completame­nte diferentes. Pues sí, sí ha sido difícil, ha sido un gran reto para mí, y eso es lo que me deja un buen supersabor de boca y sentirme orgullosa de mí misma, de voltear y decir, he recorrido un buen camino, me siento feliz, porque además inspiro a muchísimas personas a que corran tras sus sueños.

Es cierto que a veces es difícil, como te digo, porque te encuentras con baches en el camino y piedritas y piedrotas, pero siempre hay que levantarno­s con esos sueños y hacer que se vuelvan realidad. A raíz de esta presencia de la cocina en la televisión, ¿ha aumentando la competenci­a en tu área? Sí, claro que sí, y creo que la competenci­a es muy sana, porque te impulsa a ser mejor; desde luego, vienen generacion­es detrás de mí que pisan muy fuerte, que tienen más preparació­n, porque cuando yo estudié no existían escuelas de gastronomí­a en México. Yo estudié hotelería en México y luego tomé cursos de pastelería fuera, pero no tomé un curso completo de cinco años en Francia.

Soy una chef que desde los siete años se puso a hacer las recetas, a investigar, a preparar, a equivocarm­e, a tener aciertos, pero siempre muy autodidact­a y eso me ayudó sus hijos, que se tomen el tiempo en el desayuno o en la cena, pero que lo hagan, porque eso es lo que les va a dar la educación a sus hijos de que lo hagan también con sus propios hijos, y ellos con sus hijos, porque el núcleo familiar es lo más importante. De tal manera que la cocina nos une, y hace que estemos en familia unidos y felices. ¿Cuáles son los postres que mejor te salen? En mis tiendas, mi pastel estrella es el pastel de pétalos de rosa, que es un hitazo y el crujiente de platano con chocolate blanco, pero en realidad no te puedo decir cuál es el mejor, porque a lo mejor a una persona le encanta uno de manzana, a otra uno de chocolate y así, entonces más bien trato de hacer sabores muy francos, donde el sabor estrella sea el mismo producto.

Por ejemplo, si te digo que el mejor es el pastel de fresa va a saber a mucha fresa; si te digo que el de queso con blueberry, va a ser un pastel cremoso con mucho blueberry, y así son mis pasteles, así es mi filosofía. De alguna manera ya formas parte de la historia, pero ¿cómo te gustaría que la gente se refiera a ti? ¿Cuando me muera? No, en este momento. Me gustaría que al decir Paulina Abascal digan que soy la mejor chef pastelera de México, porque he luchado mucho por eso; y que soy una mujer que inspira, precisamen­te, porque he trabajado mucho para que la gente tenga esa referencia de mí.

Creo que eso es lo más bonito, porque todos tenemos altas y bajas, pero poder decir que a pesar de eso, sí se puede salir adelante y cumplir tus sueños es maravillos­o. Como también lo es que puedas inspirar a alguien aún cuando no la conoces, eso me hace feliz. ¿Por qué elegiste la repostería? Desde chiquita yo decía: “Yo, partir cebolla” y que oliera a cebolla y ajo no me gustaba, aunque me encanta cocinar, pero si me das a escoger, prefiero oler a chocolate que a cebolla.

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Reconoce que las nuevas generacion­es tienen mucho talento.

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