Era evitable
El balance general del momento electoral que vive México arroja datos ominosos y preocupantes, así como otros de verdad estimulantes y nada desdeñables.
Entre los primeros destacan: a) aproximadamente 40 asesinatos recientes de alcaldes, ex alcaldes, precandidatos y candidatos en distintas zonas del país. El que se sumen a la cuenta general de crímenes no les resta gravedad y son evidencia de la narcopolítica; b) el encono que crece día a día en la lucha por el poder. Las injurias y difamaciones dejan poco espacio a las ideas, las propuestas, los debates y la reflexión; c) el uso faccioso de algunas instituciones públicas para espiar y agredir adversarios; d) la manipulación tramposa de hechos y noticias a través de las redes sociales, con la muy probable injerencia extranjera, como ha sucedido en otras latitudes (el brexit y EU).
En cuanto a lo positivo, están a la vista: a) la competencia real en la disputa por los cargos públicos, la que no existía hace apenas un cuarto de siglo; b) la incertidumbre respecto de los resultados, propia de toda democracia; c) el esfuerzo de las instituciones electorales para lograr elecciones legales, libres y creíbles, sin olvidar algunas de sus decisiones altamente cuestionables; d) un electorado más informado y participativo; e) el desempeño periodístico que se ejerce en libertad, y predomina la responsabilidad, sin desconocer expresiones arcaicas y claramente falsarias. Hoy ningún medio se atreve a decir, como en 1994, que es “soldado del Presidente”.
¿Qué riesgos se advierten? a) el aumento de la violencia y los asesinatos; b) que el hartazgo, el odio y el resentimiento, más que explicables y provocados, sean los grandes electores; c) que terminen influyendo y decidiendo los dineros ilegales, sean privados, públicos o de organizaciones delincuenciales; d) que la Presidencia de México se entregue al CAUDILLO iluminado y perdonavidas, pero decrépito, que tiene los ojos en la nuca, que viola sistemáticamente la ley, que rechaza a la sociedad civil, que no respeta a las instituciones y que está decidido a llevar al país a la prehistoria. Porque ha dicho que regresará la Constitución al texto de la de 1917, con lo que saldría de la Carta Magna el derecho de las mujereas a votar y ser votadas, saldrían de la Norma Suprema la CNDH, la autonomía del Banco de México, los derechos reconocidos a los pueblos indígenas y muchas otras instituciones fundamentales que los mexicanos nos hemos dado en los últimos 100 años.
Por eso el título: ERA EVITABLE. La Segunda Vuelta Electoral impediría que el candidato más repudiado llegara a la Presidencia, con una votación inferior a 50 por ciento de los votantes. Ni al PRI ni a Morena les convenía, y la bloquearon.
Primero fueron sus intereses.