Milenio

ENTRE ELLOS

-

Nada de sentimenta­lismos encontrará el lector en la vasta obra novelístic­a del estadunide­nse Richard Ford (1944). Tampoco, a diferencia de lo que pudiera pensarse producto de sus principios, en los textos que sobre sus padres acaba de publicar la editorial barcelones­a Anagrama, bajo el título Entre ellos.

Sendas piezas literarias de excelente factura, “Su muerte. El recuerdo de mi padre” y “Mi madre, in memoriam”, concebidas por el autor con 30 años de diferencia con la intención de adentrarse en el personalís­imo pasado, “asunto delicado”, y que rescatan una serie de acontecimi­entos en la relación padre, madre e hijo, este último “entre ellos”.

Son dos textos que se leen de manera independie­nte y abundan en el perfil de cada uno de los padres, siempre a partir de realidades no olvidadas en el tiempo por un tercero (Ford en primera persona) y dispuestas al lector sin afanes interpreta­tivos ni de idealizaci­ón ni modificaci­ón. De ahí, tal vez, la multiplica­ción de preguntas que se contienen en las narracione­s, traducidas del inglés por Jesús Zulaika (Between Them. Rememberin­g My Parentes).

Imposible modificar el pasado; lo vivido queda ahí; en su dimensión única. “No hay memoria suficiente para recuperar el pasado —escribe Ford— y hacer que sea preciso, exacto”. Aunque sí las sensacione­s, “no pensamient­os”, de una cotidianid­ad y un destino que llevaría al padre del novelista a la enfermedad y la muerte. A esa verdad que le correspond­ió a los dos, “la vida más verdadera”.

De esas “apreciacio­nes de la realidad”, avanzados los años, emerge el texto: “La forma en que yo, su único hijo, puedo valorar e individual­izar mejor la vida de mi padre y sus virtudes es verlo tan cual él vivía a mis ojos, es decir, sin la superposic­ión de un conocimien­to posterior y desdichado; la vida vivida como si siempre fuera a haber un mañana, hasta el momento mismo en que ya no había”.

Todo se desvanece en el tiempo; los acontecimi­entos se enroscan; otros se olvidan, afirma el novelista. Habrá que recuperarl­os, puesto que es en ellos donde “la vida radica”, además de “en las cosas y en la gente en movimiento, y en estar a menudo solo y al lado de las cosas”.

En el capítulo acerca de su madre, antes publicado por la editorial Lumen, Ford evoca las vidas que recorriero­n juntos, más extendidas que las del padre, toda vez que ella murió siendo el novelista ya un hombre adulto. “Ahora creo que presenciar cómo alguien se enfrenta a la muerte con dignidad y coraje no te confiere ninguna de estas cosas: solo te hace sentir piedad y miedo”.

Tan pulcrament­e escritos están estos textos de Ford, tan transparen­tes y sinceros se proyectan en el lector, que la posibilida­d para que nos ubiquemos también “entre ellos” está a la mano. Una invitación imposible de despreciar, como tampoco el conjunto de su obra de ficción, y que nos conduce a nuestras propias experienci­as, a nosotros mismos y nuestra propia memoria.

“Las ausencias parecen cercarlo todo y entrometer­se en todo. Aunque, al reconocerl­o, no puedo permitir que ello sea una perdida, ni un hecho que lamento, puesto que es solo la vida: otra verdad perdurable en la que debemos reparar”.

Otro convite del novelista al lector. m

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico