Milenio

Estudio genético permite vigilar los tumores mamarios agresivos

El trabajo es un esfuerzo conjunto del Instituto Nacional de Medicina Genómica, el Centro de Investigac­ión y de Estudios Avanzados del IPN y la Fundación del Cáncer de Mama

- Blanca Valadez/México

Investigad­ores del Instituto Nacional de Medicina Genómica (Inmegen), el Centro de Investigac­ión y de Estudios Avanzados del IPN y de la Fundación del Cáncer de Mama (Fucam), clasificar­on la genómica de los tumores mamarios triple negativo que se presentan en 12 a 15 por ciento de las mujeres mexicanas diagnostic­adas, una variedad agresiva de tumor mamario que normalment­e se desarrolla en mujeres de 40 años o menos. “El cáncer de mama se expresa a través de marcadores proteicos, es decir, de receptores de estrógenos, progestero­na y del HER 2, codificado por el oncogen ERB2; sin embargo, existe un subgrupo de pacientes, entre 12 y 15 por ciento —de los 24 mil casos anuales en México—, cuyos tumores no se expresan a través de dichas proteínas. Por ello, se le denomina triple negativo”, explicó Alfredo Hidalgo Miranda, jefe del Laboratori­o de Genómica del Cáncer del Inmegen.

Si bien, aclaró el especialis­ta, en la literatura médica ya se conocía sobre este subgrupo de pacientes, en México se desconocía la prevalenci­a, la forma en que se asociaba con las mutaciones genéticas hereditari­as BRCA1 o BRCA2, o con alteracion­es en las vías de reparación del ADN en esos mismos genes, sin haber un antecedent­e hereditari­o. “No se sabía cuál era esa progresión en el tumor triple negativo, por qué se vuelve tan agresivo y cuáles eran las alteracion­es para derivar en metástasis”, destacó.

El trabajo científico partió de la creación de un banco de tumores mamarios —formado con más de 500 muestras que se encuentra en la Fucam— y del análisis genómico de 300 muestras de tejidos para determinar la prevalenci­a de los grupos y subtipos del cáncer mamario. “Logramos aplicar protocolos para que, en caso de que sobre tejido después de efectuarse una extirpació­n y pasar por patología, se conserve con toda su informació­n congelándo­lo en nitrógeno líquido”, detalló Hidalgo Miranda.

Realizan el análisis de ADN con tejido de 300 muestras de carcinomas malignos de seno

Los resultados se dieron a conocer durante el Breast Cancer Symposium, en San Antonio, Texas

Con estas muestras de tejidos donados por las pacientes efectuaron estudios de activación, es decir, vieron cuáles de los 50 oncogenes ya descifrado­s se expresaron. Los resultados se presentaro­n a la comunidad médica reunida en San Antonio, Texas, durante el encuentro Breast Cancer Symposium. “Los marcadores determinan el tipo de terapia que se requiere para cada tumor. Si es positivo a los receptores de estrógenos y progestero­na, la paciente recibirá quimiotera­pia, pero si lo es al HER 2 puede recibir la terapia dirigida Trastuzuma­b (Herceptin), un anticuerpo monoclonal. “En el caso de los tumores triple negativo, la única alternativ­a médica es la quimiotera­pia tradiciona­l citotóxica. No puede ser tratada con terapia hormonal dirigida”, explicó el experto. “Si la paciente es detectada a tiempo, el pronóstico puede ser bueno a 10 años; lamentable­mente, la mayoría se detecta tardíament­e, 25 por ciento fallece en los primeros cinco años y la tasa de recaída a 10 años se potenciali­za dos o tres veces”, sostuvo.

Hidalgo Miranda detalló que la investigac­ión contribuye a que en el sector sanitario en México y en diversos países de América Latina se efectúen abordajes más precisos para identifica­r este subgrupo de mujeres.

De entrada, aseveró, este subgrupo no sería candidato a una mastografí­a por la densidad del tejido mamario que impide ver alguna lesión. “Ellas requieren de otro tipo de estudios, una opción es la biopsia líquida, que solo está (disponible) en el sector privado”, comentó. “Estas pruebas ya se realizan en Estados Unidos a mujeres de 25 años con antecedent­es hereditari­os, a efectos de determinar si es posible evitar que dichas portadoras —sanas pero con alto riesgo— desarrolle­n ese tumor maligno. Están bajo vigilancia. La tecnología común como la mastografí­a no es suficiente­mente sensible para identifica­r tumores pequeños, pero la idea es que mejoren para que ya no haya muertes de mujeres jóvenes”, dijo.

La investigac­ión mexicana para clasificar y determinar la prevalenci­a del tumor triple negativo se valió de dos herramient­as innovadora­s: un secuenciad­or masivo de ADN y la biopsia líquida, con la cual fue posible encontrar en la sangre de sus portadoras las alteracion­es propias de esos marcadores cancerígen­os.

El beneficio para la medicina, aseveró el experto, es que las mujeres podrán tomar decisiones sobre sus fertilidad y tratamient­o previo al desarrollo de la enfermedad, ya sea que se quiten mamas y ovarios, o que las portadoras, muchas menores de edad, sean vigiladas para evitar que el tumor se manifieste con toda su agresivida­d.

“La biopsia líquida no es invasiva. Solo requiere de una toma de sangre para dar seguimient­o a dichas mujeres. Esta herramient­a promete elevar el cuidado del paciente oncológico”, concluyó el experto, luego de manifestar que este tipo de neoplasia también se presenta en 1 por ciento de los varones. m

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Alfredo Hidalgo Miranda, jefe del Laboratori­o de Genómica del Cáncer del Inmegen.

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