El historiador francés Jean-Pierre
Filiu sostiene que el líder israelí gusta de manipular la verdad, ahora contra Irán
En su blog para la revista francesa Le Nouvel Observateur (L’Obs), Jean-Pierra Filiu, profesor en historia de Oriente Medio contemporáneo en el Instituto de Estudios Políticos de París, enlista las “mentiras más escandalosas” del líder israelí Benjamin Netanyahu, quien el lunes 30 de abril acusó a la República Islámica de Irán de “mentir” en forma descarada sobre su “plan nuclear secreto”.
Según Filiu, con supuestas pruebas fidedignas “montó un show” para la opinión pública internacional cuando dicho “programa clandestino”, que data de 1999 a 2003, era del conocimiento de la ONU, que dio fe de su abandono.
Para Filiu, “es sorprendente ver a Netanyahu, a menudo descubierto él mismo en flagrante delito de mentir, intentando volver esta arma contra Irán”.
Recuerda el experto, profesor invi- tado en las universidades de Columbia (Nueva York) y Georgetown (Washington), traducido a una docena de lenguas, que en septiembre de 2002, Netanyahu, quien había perdido la dirección del gobierno tres años antes y se convertiría en canciller, compareció ante el Congreso de Estados Unidos sobre Irak, cuando EU y Reino Unido se preparaban para la guerra. Ahí, apoyó con fervor a la administración de George W. Bush, advirtiendo sobre la “amenaza nuclear de Sadam Huséin”.
En efecto, dice Filiu, “el déspota iraquí fue derrocado en abril de 2003 por los invasores estadunidenses, que no hallaron la menor huella de las armas químicas”.
Añade que esto no disuadió a Netanyahu, primer ministro desde 2009, a agitar la amenaza de un holocausto nuclear, esta vez de Irán. En septiembre de 2012, dijo en la Asamblea General de la ONU “que Teherán solo necesitaba algunos meses, tal vez algunas semanas, para tener suficiente uranio enriquecido para su primera bomba”.
Este mismo “discurso alarmista, incluso apocalíptico”, fue mantenido en su campaña contra Barack Obama y su proyecto de acuerdo nuclear, firmado finalmente en julio de 2015.
“Desde entonces —añade Filiu—, Netanyahu no ha dejado de acusar a Irán de violar el acuerdo pero, incapaz de probar tales alegatos, acaba de poner en escena el tema de las ‘revelaciones’, que datan de hace más de 10 años”.
“Incapaz de probar sus alegatos, el jefe de gobierno montó un
contra Teherán
Sostiene que Netanyahu siempre negó haber contribuido al clima de odio que favoreció, en noviembre de 1995, el atentado contra el primer ministro israelí Isaac Rabin por un extremista judío. Pero estas muy graves acusaciones, acota, “fueron repetidas por la viuda de Rabin, su familia y sus más cercanos”, que se apoyan en la participación de Netanyahu, entonces jefe de la oposición, en un mitin anti-Rabin en Jerusalén, un mes antes de su asesinato, cuando éste, caricaturizado en Israel como un oficial de la SS nazi, era amenazado abiertamente de muerte” por intentar sellar la paz con los palestinos.
Además de seguir en la mira de la Policía israelí por cuatro procesos de corrupción y tráfico de influencia, Netanyahu volvió a mentir en marzo de 2015, dice Filiu, con una “virulencia inusitada” contra los árabes, lo que le aseguró otra victoria electoral.
Y por último, en su página de Facebook en agosto de 2017, volvió a mentir sobre “la prueba del lazo profundo entre el pueblo de Israel y su tierra”, tras el hallazgo de un shekel supuestamente antiguo en una colonia de la palestina Cisjordania. “El comentario fue rápidamente borrado cuando la superchería fue descubierta”, concluye Filiu. m