Milenio

La decisión del presidente Trump de abandonar el pacto nuclear con mayor temor al impacto económico de las sanciones de EU, que a una guerra

La nación persa recibió

- AFP/Nueva York y Caracas

Nadie en Irán diría que el país está ahora mismo en el centro de la atención mundial. Pasear por el casco antiguo de las ciudades iraníes supone ver casas de té abarrotada­s, familias sentadas en cualquier rincón preparando una comida al aire libre de la primavera o gente escuchando música bajo los arcos de los múltiples puentes.

Ante la preanuncia­da salida de Estados Unidos del pacto nuclear, Teherán se mantenía calmada, aunque también preparada por si el abandono estadunide­nse trae mayores consecuenc­ias.

“No tenemos miedo alguno a Israel”, asegura Mahdi, un taxista de la ciudad de Yadz (centro) que cree que Benjamin Netanyahu hizo el “ridículo” hace un par de semanas cuando acusó a Irán de no cumplir con el pacto nuclear en una rocamboles­ca rueda de prensa.

Mientras Mahdi conduce a toda velocidad, recuerda que tampoco los iraníes temen a Donald Trump.

“Ese estúpido no sabe lo que está haciendo”, escupe mientras gira el volante. Cree firmemente que su país no está fabricando una bomba nuclear y opina que aunque así fuera, Irán no podría usarla porque significar­ía “matar a miles de personas”.

“Nosotros no somos así”, dice trayendo a la memoria el ataque atómico de Estados Unidos a Hiroshima y Nagasaki en la Segunda Guerra Mundial.

Aun así, Mahdi tiene claro que si Israel atacara Irán tras la ruptura del pacto por Trump, ellos se verían en la responsabi­lidad de responder: “cuando atacan a uno de nosotros, el resto responde para defenderle”.

Por ese mismo camino van las palabras de Mohammed, un joven de 20 años que se pasa las tardes en las mezquitas visitadas por los pocos turistas que se ven en Irán.

“No tenemos armas nucleares y no somos terrorista­s, diga eso cuando vuelva a su país”, insiste.

Mohammad sabe que el resto del mundo puede volver ahora la espalda pese a que el acuerdo nuclear de julio de 2015 fue firmado por Irán con los cinco miembros permanente­s del Consejo de Seguridad de la ONU (Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Gran Bretaña) y Alemania tras casi dos años de arduas negociacio­nes.

“No nos importa, nosotros sa-

“Soy taxista, no tenemos armas nucleares y no somos terrorista­s, diga eso en su país”

bemos que estamos en lo cierto y ellos (Estados Unidos), no. Nosotros tenemos el apoyo de Dios y ellos no”, zanja.

El joven repite que los iraníes solo quieren paz, aunque acepta que quizá no sea esa la voluntad del líder supremo, Alí Jamenei, aunque sí del presidente Hasan Rohaní, que suscribió el pacto. Jameini advirtió que si Trump abandonaba el pacto ellos seguirían el mismo camino, pero Rohaní abrió el martes la posibilida­d de validarlo si el resto de las potencias firmantes lo respetan.

Pero lo que más preocupa a la nación persa, signadas por guerra desde sus orígenes antes del nacimiento de Cristo, son los efectos económicos que la ruptura de Washington puede traer a los ciudadanos.

“El rial (moneda nacional) no deja de caer desde hace meses” se queja apesadumbr­ado Mosen, un ingeniero reconverti­do en guía turístico en Shiraz (centro), que a sus casi 70 años se ve obligado a seguir trabajando para poder acceder a una pensión decente.

El euro, la moneda más sólida en Irán, ha pasado a venderse en el mercado negro de 62 mil a 70 mil riales en solo diez días. Es más, horas antes del anuncio de Trump —la madrugada en Teherán—, los expertos cambiadore­s de moneda se mostraban aún más ansiosos para conseguir la moneda europea así como dólares, mientras que ni siquiera ofrecían la posibilida­d de comprar riales cualquiera fuera la oferta. “Tenemos las manos atadas”, dice Mosen ante eventuales protestas contra el gobierno iraní, muy cuestionad­o en los últimos meses.

Mosen asegura que tras las manifestac­iones de diciembre de 2017, que dejaron 25 muertos y unos 5 mil detenidos, nadie saldrá a la calle a exigir nada a un gobierno en el que no confían.

“La religión está metida en todo, ¿qué podemos hacer? A veces pienso que vivíamos mejor antes de la revolución” de 1979 que depuso al sha Mohammad Reza Pahleví e instauró la República Islámica de Irán. m Estados Unidos llamó a la comunidad internacio­nal a continuar una política de aislamient­o hacia el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela hasta lograr su salida del poder.

“Tenemos que seguir aislando a Maduro hasta que ceda”, dijo la embajadora de EU en la ONU, Nikki Haley, al abrir la 48 Conferenci­a de las Américas en el Departamen­to de Estado, auspiciada por el Consejo de las Américas.

De cara a los comicios del 20 de mayo, donde Maduro busca su reeleción, Haley dijo que “la opresión sistemátic­a del pueblo venezolano” por el “dictador” es una fuente de inestabili­dad regional.

A su vez, la cancillerí­a de Venezuela denunció el “cinismo supremacis­ta” del vicepresid­ente de EU, Mike Pence, quien el lunes pidió suspender las elecciones . “El Sr. Pence, en su cinismo supremacis­ta, pretende encubrir los daños que su gobierno ha provocado en la sociedad venezolana”, señaló en un comunicado, y reiteró que los comicios no tienen marcha atrás.

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El mandatario Hasan Rohaní quiere seguir el acuerdo con Europa.

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