Para Wellens, la cuarta etapa
El ciclista belga Tim Wellens (Lotto) se impuso este martes en Caltagirone, Sicilia, en la cuarta etapa del Giro, la primera disputada en territorio italiano, en la que el británico Chris Froome perdió un puñado de segundos.
La etapa, con salida en Catania y 198 km de recorrido, acababa en las calles de Caltagirone, una ciudad ubicada en lo alto de una colina siciliana y en ese duro final Froome volvió a ceder tiempo, después de haberlo hecho en el prólogo del viernes en Jerusalén debido a una caída mientras se entrenaba.
El final en cuesta provocó cortes en el pelotón, aunque el australiano Rohan Dennis (BMC) conservó la maglia rosa de líder.
El británico Simon Yates, primer clasificado entre los grandes aspirantes al podio en Roma, acabó cuarto y arañó unos segundos con respecto a alguno de sus rivales en la lucha por la victoria final.
Froome, cuádruple ganador del Tour de Francia y que trata de pasar a la historia sumando consecutivamente Tour-Vuelta-Giro, se encuentra ahora a 55 segundos de Dennis y a 54 del holandés Tom Dumoulin, ganador de la carrera el año pasado.
“La etapa era muy dura. Era algo peligroso, Estoy contento de haber terminado sin daños”, explicó Froome tratando de poner buena cara. “Cada día me encuentro mejor”, añadió el líder del Sky antes de dos jornadas que deben comenzar a definir la clasificación general individual. Primero el miércoles, con final en Santa Ninfa con un repecho poco antes de la meta y, sobre todo, el jueves con final en el Etna, en la primera etapa con final en alto. Como buena aficionada del Real Madrid, me encontré en Netflix con el documental y lo tuve que ver, sobre todo tratándose de un futbolista que tan dividida tiene a la afición tanto merengue como francesa. Su historia está marcada por una serie de infortunios en los últimos tres años. Más allá de tener la sensación de que la película es un último intento del francés y su equipo de trabajo por dar a conocer los detalles de lo que le sucedió desde su última convocatoria a la selección el 8 de octubre de 2015 a la fecha y así limpiar su imagen en busca de un milagro de ser convocado a Rusia 2018, entendí que Benzema es como muchos en la cancha un reflejo de lo que atraviesa como persona. Con entrevistas a Zidane, Cristiano, Ribery, Thierry Henry, Varane, Nasri, entre otros, se moldea la figura de un joven tímido, pero confidente, que ante los ojos de sus colegas es un pero que para un sector de la sociedad francesa quizá siempre representará la herencia árabe de su cultura, la argelina. Todo comenzó con el escándalo de chantaje alrededor de un video sexual de su ex compañero en
Mathieu Valbuena y su detención en Versalles en noviembre de 2015. “El error que cometí fue tratar de ayudar a alguien, es un pesadilla, no un error, se convirtió en una pesadilla querer ayuda a alguien” asegura Benzema en su versión de los hechos, que tras casi dos años de investigación, en julio de 2017 quedó exculpado del caso. Ya era demasiado tarde. En medio de la presión mediática, social y sobre todo política, con declaraciones incluso por parte del ex Primer Ministro francés Manuel Valls que dijo que el delantero no tenía espacio en el equipo, Benzema terminó por ser marginado. Semanas después de que Didier Deschamps declaraba que cualquier país estaría encantado de tenerlo, en abril de 2016, previo a la en su país, le marcó para decirle que no lo convocaría por la presión. Incluso Carlo Ancelotti, que conoce al seleccionador francés aseguró que fue una decisión política y no técnica. Estamos a días de conocer las prelistas de las 32 selecciones mundialistas, pero es difícil apostar que Benzema, que sin duda reflejó lo que atravesaba personalmente con su baja en el campo, con 31 goles, 19 y 11 en las últimas tres temporadas, vaya estar en Rusia 2018.