El silencio en Chivas

El Jorge Vergara de hace una década que polemizaba en vivo, que salía en todos los medios, que tiraba y contestaba hoy está reducido al silencio. En medio de la eventual venta de Rodolfo Pizarro, de las ofertas por Alan Pulido, por los reclamos del pago de las primas de los jugadores, por la amenaza de no ir a la cena de campeones por la Concachampions, de entrenar con la camiseta al revés, de la práctica ante la prensa internacional con la camisa contra la dirigencia y después del título ante el Toronto, la respuesta de Vergara y de la plana mayor ha sido el silencio.

De hecho, la última polémica por algún comentario del dueño de Omnilife fue la del pasado 4 de enero, en medio del escándalo por la separación de Oswaldo Alanís, cuando José Luis Higuera no logró la renovación del zurdo por dos años y ante la amenaza de irse a Europa, como se terminó yendo, ahí entró Vergara, dio el voto de calidad, determinó que habría que reintegrar al equipo a Alanís y dejó claro que las formas de Higuera no son las mejores ni las más adecuadas.

Luego de arreglar el tema de Alanís, quien incluso ya firmó por dos temporadas con el Getafe de España, Vergara volvió al silencio. Pero ese silencio ha sido democrático, ya que hasta hace unos meses siempre atendía un programa de radio de Los Ángeles donde sale David Faitelson, pero ya ni a ellos les responde.

El silencio de Jorge se rompió para aclarar que no sería candidato a gobernador por ningún partido. Higuera, a su vez, ha dejado su afán protagónico en redes sociales y tampoco aparece ya en los programas de la barra nocturna en la tv de paga. En Chivas todos guardan silencio.