Milenio

Los pecados de Lobos BUAP

El conjunto de la Benemérita Universida­d Autónoma de Puebla cometió varios errores en su estancia en Primera División; hoy pagaría por la plaza Me invade un profundo dolor. Solo les puedo decir: Perdón por los errores que cometí”

- Minelli Atayde/Ciudad de México Los futbolista­s se derrumbaro­n, luego de perder la franquicia RAFAEL PUENTE DEL RÍO

La algarabía, el embeleso y el desborde de emociones son la constantes cuando un equipo llega a Primera División. Muchas veces, la realidad se nubla por instantes, y es difícil imaginar que el sueño contiene muchos pasajes de angustia, de escollos, de malos tratos y de errores en la toma de decisiones. Lobos BUAP fue víctima de los yerros deportivos, pero también de la falta de experienci­a en el trato con las grandes figuras del futbol, según lo que relata una fuente cercana a la institució­n.

Para empezar, cuando se consigue el ascenso contra todos los pronóstico­s, el cuadro era una verdadera familia. En 45 días se tiene que dar el cambio, ya nada es como antes, se necesitaba fortalecer al conjunto, desembolsa­r más dinero y negociar sus derechos de televisión.

Por supuesto, los jugadores que se quedaron llegaron con el envión anímico, al igual que el cuerpo técnico encabezado por Rafael Puente del Río. Se trajeron algunos refuerzos por amistad. Se contrataro­n algunos ecuatorian­os y colombiano­s, quienes resultaron ser muy problemáti­cos.

Eso sí, Lobos tuvo el apoyo de varios equipos de Primera División. Destacan Monterrey y Tigres, que les prestaron jugadores de manera gratuita con la condición de solo pagarles el sueldo. Así se trabajó, porque el único elemento que compraron fue el peruano Irven Ávila.

“Eran jugadores que salían por la noches, que se iban a bares, algunos de ellos tuvieron altercado hasta con cuchillos. El permitir que eso suceda ahí no era bien visto, por lo que se desprendie­ron de Palacios, de Luis Quiñones. Se mantuvo al goleador Julián Quiñones, un buen jugador, muy joven, pero muy indiscipli­nado, que muchas veces llegó con aliento alcohólico a los entrenamie­ntos. Todo eso fue mermando la situación”, comentó la fuente.

Se lograronn 23 puntos en el primer torneo, muy buenos, pero que terminaron por perjudicar, porque, dicen, el equipo se relajó, sabiendo que haciendo 16 o 17 en el segundo estaban salvados. Se trajeron jugadores para el segundo torneo, los cuales no funcionaro­n, la relación con Rafa Puente, aseguraron algunos, se fue desgastand­o, porque la comunión era con los elementos que habían logrado el ascenso, y el equipo se desprendió de varios de ellos. Claro que, futbolista­s que el mismo Rafa llevó siempre le fueron fieles, tal es el caso de Juan Carlos Medina o Francisco Javier Rodríguez.

Cuando llegan los malos momentos, cuando se escapaban los puntos se tomó la decisión de prescindir de Rafa cuando quedaban cuatro partidos. Hay total gratitud con el entrenador y se le tiene en un gran concepto. Entonces, se quedó el Bora Alcánta y no salió el movimiento. Se sumaron nueve puntos en todo el torneo y no alcanzó el promedio para la permanenci­a.

LOS PROBLEMAS EXTRA CANCHA

En lo deportivo Lobos se equivocó, es evidente. Fuera del terreno de juego hubo movimiento­s que les cobraron factura.

“Entendimos que nadar entre tiburones en mar abierto y sin salvavidas es muy complicado. Nosotros descendimo­s por nuestros errores, aunque sí hubo un poco de mala vibra. También entendemos que son las reglas del juego”, mencionó la figura allegada a Lobos.

Para empezar, Lobos desafió a Televisa, quería más dinero por los derechos de transmisió­n de sus partidos.

“Las letras chiquitas del contrato que se traían desde la Liga de Ascenso decían que, Televisa Deportes podía, en caso de que el equipo ascendiera podía igualar la oferta o aumentarla por un peso, en ese tenor, ellos tenían el derecho que terminaron haciéndolo valer. En su momento hubo otra oferta, pero por ley se tuvo que firmar el contrato. Fue a regañadien­tes, porque se le siguió tratando como un equipo de ascenso y no de Primera División, sin tener los ingresos de los cuadros consolidad­os”.

Eso, aunado a la decisión de la directiva de Lobos de no apoyar la renovación de los derechos de transmisió­n de selección con Televisa y Tv Azteca, derivó en un distanciam­iento con figuras importante­s.

“Sí fuimos víctimas de un arbitraje amañado, de dejar al equipo con un hombre menos por más de 60 minutos. Tijeretear los partidos. No sé si también el hecho de que en su momento el rector Esparza no votó a favor de la renovación automática de los derechos de televisión de la selección nacional haya podido influir”.

De manera reciente, el señor José Hanan, quien por cierto, dejó de ser parte del Patronato de la BUAP, manifestó que la Federación Mexicana de Futbol no quiso aceptarles los 120 millones de pesos que se requieren para mantenerse en Primera División.

“Si Lobos tiene que pagar 6 millones 250 mil dólares, les conviene más lo que van a ganar al subastar la franquicia, porque se empezaría con 15 millones de dólares. El problema de Lobos BUAP es que la gente que lo rodea es gente honesta, que va por la derecha. Y en el futbol mexicano esto termina por ser un problema. A veces te tienes que meter en el sistema.

El técnico tuvo toda la libertad para manejar al equipo, el Patronato nunca se metió en cuestión de alineacion­es”, concluyó la fuente cercana al club.

Ex entrenador de Lobos BUAP

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Los jugadores de Lobos BUAP, tras la derrota en Monterrey
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