No debe destruirse la reforma educativa ni el futuro de niños y maestros
El secretario de Educación Pública señaló la urgencia de una discusión razonada e informada sobre los resultados del programa
El secretario de Educación Pública, Otto Granados Roldan, manifestó que no debe destruirse la reforma educativa, ni el futuro de maestros y alumnos, y abundó que no deben negarse sus progresos, ni volver a los viejos hábitos que tanto lastimaron.
Por ello, señaló la urgencia de que haya una discusión honesta, razonada e informada sobre los alcances y resultados de la Reforma, y ratificó que debe defenderse del oportunismo, abuso y demagogia.
En el acto del Día del Maestro, expresó que la Reforma tiene un peso moral, político y ético que no debe ser ignorado, frente a un sistema que estaba basado la simulación; en la inercia y la frustración; en la discrecionalidad sobre el mérito, y en la simulación
En la residencia oficial de Los Pinos, reconoció la labor de maestros y maestras, quienes con su esfuerzo han coadyuvado a tener una educación que favorezca el progreso científico, la cohesión social y el desarrollo económico, en favor de los mexicanos.
Agregó que por mucho tiempo el país vivió, en materia educativa, entre la inercia y la frustración. Se escolarizaba, pero no se educaba; la discrecionalidad sustituyó al mérito; la simulación se volvió el orden natural de las cosas. Se sabían alternativas y soluciones, pero se descartaron por su complejidad política, institucional y técnica. Diversos factores explican desde luego este paisaje, pero al mismo tiempo en un tiempo excepcionalmente fértil en la política mexicana, articulado por el presidente Enrique Peña Nieto, se convirtieron en el cimiento de la actual reforma, que de varios modos era una reforma inevitable, por una educación de calidad.
Por ello, explicó, se impulsa la transformación educativa más profunda de las últimas seis décadas, para formar capital humano de calidad que pueda competir en el Siglo XXI.
“La educación y la cultura han sido ciertamente dos fundamentos más importantes del desarrollo civilizado de una sociedad, pero en pleno siglo XXI, la apertura de la economía, el cambio notable en la fisonomía productiva, los procesos de globalización o la irrupción de la revolución tecnológica y del conocimiento, hicieron ver que la gran batalla ya no es por la cobertura o al menos no sólo por ella sino por la calidad educativa, y la
El reto hoy es alcanzar una educación de calidad en uno de los sistemas educativos más grandes del mundo
formación de un capital humano del más alto nivel”.
En esa legitimidad descansa su primera fortaleza, agregó. Si la reforma provee una educación así, la lucha por la equidad registrará una de sus mayores victorias, pues sin importar el origen social del que procedan, los estudiantes mexicanos tendrán mejores condiciones para alcanzar el éxito profesional y la movilidad económica, y ésta será otra ventaja de la reforma.
Tanto los actuales, como los nuevos integrantes del colectivo magisterial, gradualmente encontrarán que las oportunidades creadas por la reforma, donde solo ellos y su capacidad cuentan, un sólido factor de satisfacción profesional y laboral y un poderoso incentivo que dote de sentido a su misión como personas y como educadores, expresó Granados Roldán.
Ante el presidente de la República, Granados Roldán dijo que en México se constituyó uno de los sistemas educativos más grandes del mundo, y hoy el reto es alcanzar una educación de calidad.
En el acto en el que se entregó el galardón Manuel Altamirano a maestros por sus años de servicio, Otto Granados Roldán señaló que no bastan buenos maestros y alumnos, sino también mejores contenidos en la educación, por lo que se tiene un Nuevo Modelo Educativo, así como un Servicio Profesional Docente más transparente, para que los maestros basen su carrera en la transparencia y el mérito.