El tema argentino puede ser viral
Lo que sucede en Argentina es una película muchas veces vista en ese país y en América Latina, incluido México: altos déficits públicos, inflación elevada, tasas de interés al alza y devaluación de la moneda. En aquel país lo que pasa, por supuesto, no es producto de la administración de Macri, es la herencia del populismo de la administración de Kirchner, y después de su mujer; políticas populistas que llevaron a ese país a la ruina. A pesar de que Macri ha tratado de enderezar el barco, sus nuevas políticas que han ido en el sentido correcto, no han sido lo suficientemente profundas para corregir los fenómenos estructurales que enfrenta su país; es fácil criticarlo, pero para que sus medidas tengan el efecto deseado requiere tener un control político que aún es frágil. El haber llamado al FMI para solicitar su ayuda es un arma de dos filos, ya que por un lado sí puede ayudar, pero por el otro —en la opinión pública— bastante ignorante y manipulada por la izquierda kirchnerista, fue el FMI el verdugo en su última crisis, al grado de que Argentina declaró una suspensión de pagos unilateral rompiendo las reglas a las que se había comprometido con sus acreedores. Dicha disputa apenas se está resolviendo.
Lo que ahí sucede es una muestra de lo que le que pasa a países que ignoran la importancia de mantener finanzas públicas sanas; nadie puede imponer políticas populistas, sin destrozar el equilibrio fiscal. Ese es el más grande peligro de los gobiernos populistas, y como mejor ejemplo está Venezuela; los efectos negativos de estas políticas no se reflejan de inmediato, pero después del bienestar artificial que se genera por el dispendio irresponsable, vienen los años de cruda realidad: alta inflación, elevadas tasas de interés, pérdidas de empleos y crecimiento económico, y por supuesto, fuerte devaluación de la moneda.
Desaparición paulatina de las clases medias y ensanchamiento de pobreza generalizada, son algunos de los efectos secundarios de políticas populistas. Mucho cuidado, que no nos vaya a contagiar el problema argentino. m