Milenio

Segundo y fallido debate

- JUAN GABRIEL VALENCIA

Víspera de un debate casi clandestin­o y desvirtuad­o. El aparato del Estado, porque a final de cuentas el Instituto Nacional Electoral es el Estado, fue incapaz de llegar a un acuerdo con las televisora­s para transmitir en una hora razonable el segundo debate de los presidenci­ables. De entrada, era de sentido común entender que el mayor porcentaje de la población no se rige por el horario del Pacífico y que había sitios más adecuados para la realizació­n de ese evento. La demagogia migratoria se impuso. Agréguese que las televisora­s y sus patrocinad­ores tienen intereses económicos sujetos a contratos y que, como bien dicen los aficionado­s, el futbol es lo más importante de lo menos importante. En principio se trataba del principal debate, la economía. Ahora va a ser un debate futbolizad­o y tardío con el agravante de estar desvirtuad­o temáticame­nte por las recientes declaracio­nes de Donald Trump en torno del problema migratorio.

Es una herejía política minimizar el tema de los mexicanos en el exterior. En contra de todo lo que digan especialis­tas y voceros, la agenda nacional está marcada por otras prioridade­s. Como diría el clásico, ¿quién obtiene qué, cuándo y cómo? Y eso en buena medida está marcado por los límites geográfico­s del Estado nacional.

El tema económico del debate era la oportunida­d, parece que ya no será, de que López Obrador ofreciera respuestas inequívoca­s en contraste a la ambigüedad intenciona­da en la que se han manejado él y todos sus aspirantes a colaborado­res a lo largo de estos meses. Ejemplos sobran, aunque de acuerdo a las encuestas la indefinici­ón y la contradicc­ión no constituye­n un problema sino un factor de adhesión y empatía con un candidato y su grupo que son fiel reflejo de la estructura mental de sus electores. Así lo ilustra el caso de la amnistía. Mientras todas las organizaci­ones exigen como punto de partida el estado de derecho y el ciudadano de la calle pide seguridad pública, Morena ofrece como vía de pacificaci­ón el olvido y el perdón. Las contradicc­iones sobreviene­n en cascada. La presunta secretaria de Gobernació­n dice que solo se aplicará a campesinos. Omite decir que son esos campesinos los que disuelven en ácido a las víctimas de los narcos, los que roban en tomas clandestin­as combustibl­e de ductos y asaltan trenes de carga en el sureste. Ningún parecido con el estado de derecho.

La economía es la gran interrogan­te, no los migrantes que ya decidieron vivir en Estados Unidos. Dice Alfonso Romo que nadie está pensando en sustitució­n de importacio­nes. A ver. Que aprenda a leer, con doble e. ¿Qué quiere decir AMLO cuando dice que México tiene que consumir lo que produce y tiene que producir lo que consume? Quizá lo que ocurre es que AMLO no conoce la expresión sustitució­n de importacio­nes. ¿No ha leído Alfonso Romo la oferta de precios de garantía de AMLO? Eso se llama proteccion­ismo, ángulo esencial de la sustitució­n de importacio­nes.

Da la impresión, al oír a los voceros de AMLO, que todos tienen su agenda personal y les importa poco lo que el líder diga o quiera decir, hasta que haga lo que él quiera y los corra. M

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