Segundo y fallido debate
Víspera de un debate casi clandestino y desvirtuado. El aparato del Estado, porque a final de cuentas el Instituto Nacional Electoral es el Estado, fue incapaz de llegar a un acuerdo con las televisoras para transmitir en una hora razonable el segundo debate de los presidenciables. De entrada, era de sentido común entender que el mayor porcentaje de la población no se rige por el horario del Pacífico y que había sitios más adecuados para la realización de ese evento. La demagogia migratoria se impuso. Agréguese que las televisoras y sus patrocinadores tienen intereses económicos sujetos a contratos y que, como bien dicen los aficionados, el futbol es lo más importante de lo menos importante. En principio se trataba del principal debate, la economía. Ahora va a ser un debate futbolizado y tardío con el agravante de estar desvirtuado temáticamente por las recientes declaraciones de Donald Trump en torno del problema migratorio.
Es una herejía política minimizar el tema de los mexicanos en el exterior. En contra de todo lo que digan especialistas y voceros, la agenda nacional está marcada por otras prioridades. Como diría el clásico, ¿quién obtiene qué, cuándo y cómo? Y eso en buena medida está marcado por los límites geográficos del Estado nacional.
El tema económico del debate era la oportunidad, parece que ya no será, de que López Obrador ofreciera respuestas inequívocas en contraste a la ambigüedad intencionada en la que se han manejado él y todos sus aspirantes a colaboradores a lo largo de estos meses. Ejemplos sobran, aunque de acuerdo a las encuestas la indefinición y la contradicción no constituyen un problema sino un factor de adhesión y empatía con un candidato y su grupo que son fiel reflejo de la estructura mental de sus electores. Así lo ilustra el caso de la amnistía. Mientras todas las organizaciones exigen como punto de partida el estado de derecho y el ciudadano de la calle pide seguridad pública, Morena ofrece como vía de pacificación el olvido y el perdón. Las contradicciones sobrevienen en cascada. La presunta secretaria de Gobernación dice que solo se aplicará a campesinos. Omite decir que son esos campesinos los que disuelven en ácido a las víctimas de los narcos, los que roban en tomas clandestinas combustible de ductos y asaltan trenes de carga en el sureste. Ningún parecido con el estado de derecho.
La economía es la gran interrogante, no los migrantes que ya decidieron vivir en Estados Unidos. Dice Alfonso Romo que nadie está pensando en sustitución de importaciones. A ver. Que aprenda a leer, con doble e. ¿Qué quiere decir AMLO cuando dice que México tiene que consumir lo que produce y tiene que producir lo que consume? Quizá lo que ocurre es que AMLO no conoce la expresión sustitución de importaciones. ¿No ha leído Alfonso Romo la oferta de precios de garantía de AMLO? Eso se llama proteccionismo, ángulo esencial de la sustitución de importaciones.
Da la impresión, al oír a los voceros de AMLO, que todos tienen su agenda personal y les importa poco lo que el líder diga o quiera decir, hasta que haga lo que él quiera y los corra. M