Hoy tres cuartas partes de la población o no acudirán a las urnas o sufragarán por un candidato distinto a Nicolás Maduro, que busca reelegirse
De acuerdo con consultoras,
Venezuela se alista para la celebración de elecciones presidenciales, unos comicios marcados por la desconfianza de la mayor alianza opositora que decidió no participar, y que dejó el camino casi libre al presidente Nicolás Maduro para reelegirse y gobernar hasta 2025.
Los principales estudios del país sugieren que hoy al menos la mitad de la población no participará en el proceso, es decir que quien resulte electo, según las estimaciones más favorecedoras, tendrá el respaldo de una cuarta parte de la población.
Irónicamente, las elecciones que se celebran hoy en Venezuela eran el clamor de los opositores hace dos años atrás, cuando promovieron formalmente y con protestas callejeras la celebración adelantada de las presidenciales, y que tras recoger millones de apoyos de electores las autoridades lo negaron por considerarlo “improcedente”.
Dos años después de esa iniciativa que fue el génesis de las mayores protestas que ha vivido el país en los últimos años, las autoridades del Consejo Nacional Electoral —controlado por personas próximas al oficialismo— decidieron adelantar las presidenciales seis meses, pero esta vez los opositores decidieron no participar.
La diferencia entre el momento en que los opositores pedían a gritos medirse en las urnas a este, cuando piden, entre otras cosas, que se posponga seis meses más, es que el músculo antichavista está prácticamente anulado.
Los principales líderes de la alianza Mesa de la Unidad Democrática (MUD) que podían aspirar a la presidencia —con auténticas posibilidades de ganar— están inhabilitados, como el caso de Henrique Capriles, o cumpliendo penas por delitos contra el gobierno, como el preso Leopoldo López, favorito en la mayoría de los sondeos de opinión.
Se suma a esto, los vericuetos que llevaron a unos de los más importantes partidos opositores a ilegalizarse, y la investigación a la coalición de partidos MUD —inscrita como organización para postular candidaturas— por supuestas irregularidades en la solicitud de referendo presidencial que promovían en 2016.
Los más de 20 millones de venezolanos inscritos en el registro electoral eligen hoy entre cuatro candidatos, el primero de ellos el presidente Madu-
El mandatario ofreció un bono a aquellos que participen “libremente” en estas elecciones
ro, con mayores opciones según las encuestas, cuya candidatura ocupa casi todo el tarjetón electoral.
El segundo, de acuerdo a los números, es el ex gobernador Henri Falcón, un disidente del chavismo que pasó a formar parte de los líderes de la MUD, que ahora se separó de la alianza, les desobedeció y se postuló sin el respaldo de sus aliados.
El ex pastor evangélico Javier Bertucci, que saltó a la política con esta aspiración, ha visto crecer con rapidez su popularidad, replicando eventos masivos en los que reparte sopa y arengas religiosas.
El cuarto con aspiraciones a la presidencia es el ingeniero Reinaldo Quijada, un desconocido en la política venezolana.
La carrera de los candidatos opositores, especialmente la de Falcón, tienen en contrapeso no solo a Maduro, sino también la campaña de la alianza MUD para que nadie vote en esas elecciones, y por el contrario dejen las calles desoladas para demostrar que la participación no es tal como el gobierno ha anunciado.
Los partidarios de la MUD, la única alianza que ha derrotado al chavismo en las urnas, a quienes va dirigido este llamamiento, serían los electores potenciales que podrían respaldar a Falcón.
El chavismo por su parte hace campaña en contrapeso, activó a toda su militancia, reconocida por su disciplina y capacidad de movilización ante los llamados del liderazgo.
Desde hace un año el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), servido de una plataforma estatal, subió otro nivel a su organización utilizando un sistema de identificación conocido como “carné de la patria” para organizar a sus votantes.
Maduro ofreció un bono para aquellos que participen “libremente” en estas elecciones, y que podrán recibir, aseguró, una vez que escanee el código de su carné en informe “ya voté”.
Así las cosas, la decisión de esta jornada parte al país en dos partes, la de los que expresaran su voluntad con el voto pese a las críticas en el sistema, y la de los que están convencidos de que no acudir será la única forma de demostrar el rechazo al gobierno.m