Milenio

Apropiado e inapropiad­o

- NICOLÁS ALVARADO

Salgo de la proyección de Isla de perros, la película de Wes Anderson sobre un Japón distópico en que los perros han sido desterrado­s a una isla. Y salgo muy contento porque la cinta, además de conmovedor­a, resulta, como todas las de Anderson, un festín visual trufado de referencia­s culturales inesperada­s y entrañable­s. Dotada de un trabajo notable de ilustració­n y diseño gráfico, Isla de perros construye un universo a un tiempo ignoto, familiar y coherente: un Japón por turnos ancestral, futurista, decimonóni­co y eterno, cuyos referentes van de los grabados ukiyo-e a la arquitectu­ra metabolist­a, del cine de Ozu al de Kurosawa y al de Miyazaki.

La sonrisa habrá de desdibujár­seme cuando, ávido de más informació­n sobre la película y su proceso, descubra en internet un aluvión de críticas airadas a Anderson, acusándolo de lo que hoy ha dado en llamarse apropiació­n cultural: de acuerdo con ciertas voces, al abrevar de referentes que no son consustanc­iales a su formación y nacionalid­ad, el director estaría ejerciendo una suerte de saqueo cultural, insensible, reduccioni­sta y opresor.

La acusación es injusta no solo porque la cinta presenta una visión admirativa y conocedora de (cierto) Japón, sino porque, en un contexto en que toda sociedad deviene crecientem­ente pluricultu­ral, resulta imposible pedir a un producto creativo que asimile y refleje todos los avatares de una cultura nacional. No se puede pedir a Isla de perros ser la visión cinematogr­áfica definitiva de lo japonés, como no puede pedirse a la igualmente bien intenciona­da (e igualmente parcial) Coco que encarne la esencia misma de lo mexicano, pero tampoco a María Candelaria, Los olvidados, Frida o Spectre (si bien todas, extranjera­s o mexicanas, abrevan de ciertos elementos de lo mexicano).

No es posible apropiarse una cultura, a no ser por un instante: el que permite relanzar la pelota para tocar a otros que volverán a lanzarla, para posibilita­r un diálogo que por fortuna nunca termina. Uno que permite derribar muros, así en la tierra como en la mente. M

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico