Venta de animales exóticos
Tanya Müller se comprometió enfrente de su equipo de trabajo, de la Lic. Paulina Bermúdez Landa (representante de Proyecto Gran Simio-México) y de una servidora, a que los zoológicos capitalinos jamás volverían a importar animales exóticos.
Eso sucedió cuando el director de Proyecto Gran Simio-España ofreció costear el traslado de los dos orangutanes hacinados en Chapultepec a un santuario en Brasil, donde el clima es adecuado y vivirían bajo cuidado de expertos, libres en un espacio amplio pero acotado.
El traslado nunca fue permitido. Poco después murió uno de los orangutanes, luego murió el gorila, luego un chimpancé, luego… en fin: nuestros zoológicos son centros carcelarios de animales, que mal educan a sus visitantes al enseñarles que el cautiverio es “normal”.
En muchas ocasiones he propuesto que paulatinamente nuestros zoológicos se conviertan en parques-santuarios que exhiban la fauna propia del valle de México. Quienes acudieran podrían ver animales en su hábitat natural rodeados de la flora propia de cada región. Nadie escucha. Ahora, en un espíritu contrario al de aquel compromiso de Müller, resulta que se anuncia con todo descaro una venta de animales exóticos en nuestra ciudad: como usted lo oye. Trasladados y exhibidos en cajas de plástico en las que ni siquiera pueden moverse, se venderán como si fueran cubetas o trapos.
Organizaciones de diversa índole ya se han movilizado contra esta barbarie, por lo que lanzaron una petición en Change: “Prohíban la venta de animales exóticos y silvestres como mascotas” (https://www. change.org/p/proh%C3%ADbanla-venta-de-animales-exóticos?). En ella piden que autoridades de la Sedema, la Semarnat, la Profepa y la Conabio hagan algo al respecto de esta venta, llamada “Animalia”.
La sociedad ha comenzado a despertar a la realidad del sufrimiento animal: la mayoría de personas ya no queremos este tipo de situaciones.
Si las autoridades correspondientes se quedan cruzadas de brazos, será un error político y una falla ética radical.m