LA TERCERA SÍ FUE LA VENCIDA
Santos se impuso a los Diablos Rojos, que intentaron, siempre con el respaldo de su afición; a los Guerreros les benefició el global y su futbol sólido en la primera línea
RUBÉN GUERRERO
CRÓNICA
Hay días complejos, difíciles de entender, casi insoportables y luego está el que vivió Toluca en la vuelta de la final, ante Santos. A pesar del 2-1 en la ida, los Diablos Rojos eran favoritos para consumar una mayor ventaja en casa, pero luego de los 90 minutos finales y un empate a un gol, todo cambió para los escarlatas. Los Guerreros sumaron su sexto campeonato de Liga y lo lograron hasta la tercera ocasión de enfrentarse a los del Estado de México en esta instancia, siempre favorable para ellos, excepto ayer.
El ambiente era completamente escarlata, festivo, de confianza, pese a cargar con el 1-2 que trajeron desde Torreón. Toluca fue a lo largo del Clausura 2018 un animador constante, un protagonista, muchas veces, sin reflectores, pero con una afición y un estadio que se le brindaban al máximo. La final no podía ser diferente. Si hubiera sido por el impulso anímico, los Diablos Rojos habrían comenzado goleando a Santos Laguna. El aliento multitudinario se tradujo en intensidad, en fuerza, en intenciones ofensivas por cuenta de ambos. Encuentro emotivo y abierto.
El momento era del Toluca, pero Julio Furch, como el frío que empezaba a irrumpir en el Nemesio Diez. Corría el minuto 9, cuando Carlos SANTOS Izquierdoz se recargó en la banda izquierda, atrajo la marca de los rivales próximos y en un par de movimientos encontró descubierto a Julio Furch, que con la pierna derecha fusiló a Alfredo Talavera. Duelo de ida y vuelta. Los Diablos respondían por todas las vías posibles.Al 23’, los de casa presionaban por delante del medio campo, pero las conexiones aparecían cada vez más erráticas. Fallaban pases de mero trámite.
Por si le faltaba drama, al 30’, Hernán Cristante se vio obligado a modificar su once, debido a la lesión de Pablo Barrientos (rodilla derecha) e incorporó a Pedro Canelo: mismas funciones, pero un perfil diferente; el de recién ingreso, con condiciones más defensivas que de creación en ataque. Como factor sumado al desplome emocional de los Diablos, se sumó un remate de Izquierdoz que se estrelló en el poste de Talavera y claro, la insistencia e ímpetu de Santos Laguna. El escenario era muy adverso.
Al 38’, una luz comenzó a iluminar el sendero de los Diablos. Sambueza probó desde fuera del área de los Guerreros, obligando a Jonathan Orozco a esforzarse al máximo para evitar el primer tanto de los de casa. La pelota se dirigía hacia el ángulo superior derecho. Incluso Antonio Ríos probó fortuna en el arco de Orozco en los instantes finales del primer tiempo. Tocaba remar contra corriente, componer la disyuntiva en cuestión y solo existía una fórmula para hacerlo: con goles.
Cristante mandó a Reyna para el complemento. Ángel tendría su mayor responsabilidad en todo el semestre: construir en ofensiva, marcar la pauta del ataque choricero. Apuesta arriesgada. Los de Siboldi mantenían el orden atrás, a c p q e d r C d l s l n p l e d p H