Una crónica criminal
Jorge Volpi muestra su valentía con una novela que denuncia con nombres y apellidos la ausencia de impartición de justicia en México. Sin ficción, escrita como una crónica de sucesos que conmocionaron al país, Una novela criminal narra la historia de Florence Cassez e Israel Vallarta. Ella, francesa liberada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación después de permanecer siete años en prisión. Él, mexicano por nacimiento, sigue preso sin sentencia desde 2005 porque hasta el momento nadie se ha ocupado de su caso, lleno de irregularidades desde los tiempos de Felipe Calderón y Genaro García Luna.
El que lea esta historia verdadera podrá deducir con facilidad que Israel Vallarta y Florence Cassez fueron violentados por el Estado, la justicia, los medios de comunicación, defensores de derechos humanos, como Isabel Miranda de Wallace, o personajes con doble vida, como el que al parecer urdió la trampa contra los nombrados, amigo de García Luna, Eduardo Margolis, con una historia digna de otra novela.
El libro de Volpi no es en realidad una novela. Es una crónica de primera línea con todos los elementos para estar por encima de la fantasía literaria. Pero hay que abrir el libro libre de prejuicios sobre los personajes involucrados. De tal manera que la obra brinde la posibilidad de deducir nuestras conclusiones. Destaca la decisión final de la SCJN que —aun con presiones del Presidente, las víctimas por secuestro o las instituciones de derechos humanos— se libera a Florence Cassez, cuando un alto porcentaje de mexicanos la querían en la cárcel, para siempre.
Ahora que Florence no ocupa los reflectores es posible observar la desgracia de la familia Vallarta, la que vivió todos los montajes del gobierno para acusarlos de secuestradores. Montajes en los que participaron televisoras y cuyos conductores de noticiarios, escribe Jorge Volpi “se mantienen en activo. Los veo en sus programas, frescos y atildados, narrando las millares de muertes y desapariciones que han sobrevenido en México desde el inicio de esta historia”. Dura crítica a los medios…
“Una crónica criminal” debió ser el nombre de este libro porque, en estricto sentido, un escritor se sirve de los elementos del periodismo para recrear una historia digna de pasar a los libros necesarios, ahí donde la denuncia sobre la impartición de justicia es un tema pendiente, actual, de nuestra flaca democracia.
Obra en la que queda claro que Isabel Miranda de Wallace puede tener idea de los derechos humanos, pero desconoce en un gran porcentaje la pésima ejecución de la justicia en México, o se hace… M