Como eunuco en el serrallo
Hasta ayer me había salvado de la multicitada llamada telefónica donde te advierten con mucha solemnidad que Amlove es un peligro para México, pues como en realidad es clasista solo se come niños fifís, que por su culpa Donald Trump está por salirse de las negociaciones del TLC y que debido a su mal estado al final hemos chocado. A mí en lo particular, acostumbrado a que me llamen hasta para elegir qué escorts y qué estripers van a ir a las horchatas del TRI y hasta del PRI, no me importa demasiado que me inoportunen cada 10 minutos para sus pendejadas, sobre todo bancarias. Lo único que sí me inquieta de todo esto es la vocecita que utilizan para esta comunicación que, sin duda, parece la de un extorsionador.
Eso sí saca de onda. Una cosa es que te quieran asustar con su lógica huarachuda y neurasténica y otra que te apliquen una terapia del terror. Con ese espíritu, los productores de tan espléndida campaña, seres de luz a los que deberían someter a unos toques eléctricos en sus zonas blandas, al rato le van a incluir el idílico sonido de la alarma sísmica para acabar de amolarte los nervios.
De veras que hay gente malvada a la que deberíamos de aplicarle la terapia que le metió su esposa al jugador Héctor Herrera, que llegó a la concentración de la selección lacio, lacio, blanco, blanco, ya sin el menor rastro de ese malsano olor a leña de otro hogar.
Una gran hazaña de la que también deben tener su crédito todos aquellos que participaron en la cadena de oración y convocaron a una marcha para que el señor Herrera fuera perdonado por su domadora. Quizá podamos hacer lo mismo para que el locutor Toño Esquinca, Yoda de ciertas tribus, se tome su medicina y no ande gritando al aire con no poca histeria, que se va del país porque va a ganar ya sabes quién. Bueno, yo pensé que iba a organizar un nuevo desembarco en Bahía de Cochinos. De hecho, hasta me parece, por el tono de voz del locutor y su empaque ideológico, que se podría pensar que es el de la voz de los mensajes anti-Peje. Así, hasta podría ser la nueva voz del Estadio Azteca.
Mala onda aquellos que trataron a don Hétor y a don Toño como si fueran Mr. KKK, Níquel Arriola en la Ibero. Pobrecillo el priista, se ha de sentir como eunuco en el serrallo del Tri.
De cualquier manera, no está tan mal que a través del teléfono sientas el apoyo lo mismo del Cisen como de estas llamadas licenciosas que impiden que te sientas solo con tu soledad, solo con tus sentimientos. M