ARMANDO LA POSTURA

La posición de la Montaña contiene los bloques de construcción para prácticamente todas las posturas de yoga. Como dice Alanna Kaivalya, “cuando nos paramos en Tadasana, la cabeza, está más cerca del cielo, y ahí es donde recibimos las bendiciones que fluyen por el resto de nuestro cuerpo como un río”. La postura uniforme, con la columna vertebral alargada y la base firme, establece el tono para la práctica. “En esta asana estamos igualmente fundamentados y surgiendo. Nuestra base es firme, sin embargo, ascendemos hacia los cielos. Nuestra columna vertebral está situada como estaría durante la meditación, ideal para el libre flujo de prana o la fuerza vital en todo el cuerpo, por lo que hay que tomarse el tiempo para conectarse con esta energía”. Los dedos de los pies deben estar juntos y los talones pueden estar un poco separados. Vista de perfil, la pelvis no debe estar echada ni hacia delante ni hacia atrás, formando una línea recta entre la oreja, el hombro, la cadera y el tobillo. “Se debe observar cuidadosamente la alineación y el centro de gravedad del cuerpo, desde los pies hasta la cabeza, observar los lugares que pueden expandirse, alargarse, y estabilizarse. Todos los defectos al permanecer de pie repercuten en la columna, y en consecuencia en la mente, ya que es la columna la que mantiene al cerebro alerta”.