Suman tres muertos en protestas para exigir la renuncia de Ortega
Al menos tres muertos dejaron nuevos enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas antimotines en las protestas contra el gobierno de Nicaragua, en momentos en que aumentaban los bloqueos en las vías en casi todo el país centroamericano. Los choques se produjeron ayer en la ciudad de Masaya, al sur de la capital, donde un hombre de 60 años murió al recibir “un balazo de francotirador”, declaró a un medio local el representante de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (CPDH), Álvaro Leiva.
El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) contabilizó hasta la tarde de ayer a 137 personas fallecidas desde que comenzaron las protestas el 18 de abril, sin incluir aún a una de las víctimas en Masaya.
El informe del Cenidh menciona también a dos jóvenes muertos la noche del viernes en la norteña Jinotega y en Managua.
En Jinotega, desconocidos encabezaron un ataque armado contra manifestantes que se encontraban custodiando una barricada sobre una vía y causó la muerte de un joven y varios heridos.
En Managua, un joven motociclista fue perseguido y asesinado con un disparo en la nuca por hombres armados a bordo de dos motocicletas, según reportes de prensa.
La mayoría de las carreteras del país continuan bloqueadas por los manifestantes con más de 125 barricadas para evitar el paso de camionetas con hombres armados, en el marco de las protestas que exigen la renuncia del presidente Daniel Ortega por acusaciones de abuso y corrupción.
La violencia en Nicaragua se da en medio de una crisis sociopolítica, la más sangrienta que atraviesa el país centroamericano desde los años 80, con Ortega también de presidente, quien retomó el poder en 2007.
El jueves pasado, los obispos de la Conferencia Episcopal se reunieron con el mandatario nicaragüense para entregarle una carta con una propuesta de “democratización” ante lo cual pidió tiempo para “reflexionar”, sin que se conozca aun la respuesta del mandatario.
Las protestas contra Ortega y su esposa, la también vicepresidenta Rosario Murillo, comenzaron en abril pasado por unas fallidas reformas que pretendían aumentar las cuotas que deben aportar los afiliados al seguro social, afectando a estudiantes, trabajadores y jubilados. m