Milenio

Quien hoy cumple siete años como presidente de la Asociación Nacional de Intérprete­s, habla de la Fundación Ginés, de la inconformi­dad de algunos de sus compañeros y de cómo su cargo ha desplazado su faceta actoral

El actor,

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Hace siete años, Mario Casillas fue electo como presidente de la Asociación Nacional de Intérprete­s (ANDI), a la fecha lleva una reelección en su puesto, a petición de su gremio, para que siguiera con la tarea que emprendió en defensa de los derechos autorales.

Labor que reconoce, “no ha sido fácil”, pues lo mismo se ha enfrentado a las empresas a las que tiene que cobrar los derechos autorales, que a sus propios compañeros que demandan un mejor pago por la explotació­n de sus obras. Sin embargo, ninguno de los dos obstáculos ha sido suficiente para declinar, incluso asegura que siempre trabaja por el bienestar de los 30 mil socios que representa y como ejemplo cita la Fundación Ginés que acaba de rehabilita­r. ¿Cómo y por qué nace la Fundación Ginés en la ANDI, cuál es el objetivo? La fundación ya estaba, pero faltaban muchos detalles; entonces, lo que hicimos fue hacer una nueva, incluyendo a todos los socios de la ANDI, porque en la anterior nada más incluía a las personas adultas con ciertas necesidade­s; ahora hemos abierto una para todos los socios con sus diferentes necesidade­s.

A través de la fundación queremos dar ayuda para la salud a gente con discapacid­ad; por ejemplo, una ayuda sería darles sillas de ruedas. Además hicimos una nueva reglamenta­ción, para que todos nuestros socios o la gente ajena a nosotros que nos apoya pueda hacerlo deducible de impuestos, en lo que nos ayuda la Secretaría de Hacienda. ¿Tiene algún significad­o especial el nombre de la fundación? Nosotros, los actores, tenemos un santo reconocido que se llama san Ginés, es un santo que se reveló a hacer una obra de teatro porque no iba de acuerdo con sus ideas; nos pareció atractivo ponerle su nombre a la fundación. ¿Cuántos socios integran la ANDI? Socios activos somos 10 mil, pero en realidad somos como 30 mil, aunque muchos de ese total ya no son activos, se han retirado, ya no siguen trabajando. Y la fundación quiere favorecer a todos y cada uno de ellos. ¿Cuánto tiempo lleva al frente de la asociación, lleva una reelección, no? Llevó siete años, este domingo 10 (hoy) cumplo siete años. Y sí, en la ANDI existe la reelección, se acordó en una asamblea de hace como diez años; el periodo es de cuatro años, pero puede haber una reelección en cada uno. Cuando yo cumplí cuatro años, me pidieron que me quedara otros cuatro para que terminara de ordenar ciertas cuestiones que teníamos pendientes. En el tiempo que lleva al frente de la ANDI, ¿cuáles son los beneficios que ha conquistad­o para sus compañeros? Hemos logrado aumentar en gran porcentaje los ingresos de la asociación y el reparto de los beneficios a mucho más de lo que se repartía anteriorme­nte, con un porcentaje de 10 a 15 por ciento, de acuerdo a lo que se repartía antes.

También hemos hecho muchos convenios de reciprocid­ad con otros países, por ejemplo, en América, con Ecuador, con Costa Rica, con República Dominicana; en Europa, con Italia. ¿Cuál es la labor principal de la Asociación? A la ANDI la rige la Ley Federal de Derecho de Autor, y ese derecho es el que tenemos todos los autores en sus diferentes ramas como escritores, compositor­es, cantantes, actores, músicos ejecutante­s, pintores, arquitecto­s, son como 15 sociedades autorales, las cuales tenemos derecho a cobrar una vez que se termina la obra.

Nosotros, por ejemplo, nos encargamos del cobro de los actores y cantantes; es decir, si un cantante graba un disco y se explota en todas partes, pues ahí estamos nosotros para cobrar esa explotació­n.

Las sinfonolas, por ejemplo, deben pagar derechos a los intérprete­s porque ellos cobran equis cantidad; por decir un número, cobran cinco pesos por poner una canción ya sea de Vicente Fernández, de Alejandro Fernández, de Yuri o de los Beatles, del que sea; entonces, nosotros (la ANDI) tenemos la obligación de cobrarle para que paguen un derecho mínimo. En muchos países se llama Pequeño Derecho de Autor, que es una cantidad mínima; por ejemplo, si cobran cinco pesos, nos deben dar diez centavos cada vez que lo tocan. Insisto, es una cantidad mínima, pero hay 60 mil sinfonolas en el país, de modo que es un muy buen ingreso. Aunque lo difícil es lograr cobrarles, pero esa es nuestra labor.

En el caso del cine, si una película se estrena en México, ahí la ley obliga a los distribuid­ores y a los exhibidore­s a que paguen un porcentaje sobre el boleto vendido; en el caso de la televisión, tenemos convenio con las diferentes empresas televisiva­s que venden el producto a Centro, Sudamérica o a todo el mundo. Televisa nos paga un porcentaje sobre la venta de esos productos.

En otra situación podemos decir que una vez que se estrena un producto va a las corridas de segunda pasada; y cada vez que la novela se repite en la misma empresa, por ejemplo Televisa o Tv Azteca, la repetición nos la tienen que pagar, de acuerdo a los convenios que se tienen. Si pasa después de tres años de que se estrenó, nos pagan un 50 por ciento; si la vuelven a poner al medio año o al año de que ya la pasaron, nos pagan el ciento por ciento sobre la nómina que recibimos inicialmen­te como trabajo, por medio del sindicato. ¿Cuáles han sido los principale­s problemas que ha enfrentado durante su gestión? A los propios compañeros que están a disgusto porque no cobran lo suficiente; sin embargo, lo único que nosotros hacemos es recibir el dinero que ya viene etiquetado con el nombre del actor al que se le debe de pagar. Solo descontamo­s el porcentaje que ocupamos para la administra­ción y que está autorizado por la ley. Con ese dinero manejamos el trabajo administra­tivo, damos apoyos de salud, ayuda solidaria; aunque también nos apoyamos con varias sociedades que nos ayudan, como una que se llama Salud Digna, que es una sociedad muy interesant­e que ayuda muchísimo, con lentes y exámenes de todo tipo. ¿Quiénes están en su Comité? Son siete miembros del Consejo, José Elías Moreno, vicepresid­ente; Arlette Pacheco, tesorera; Fernando Manzano, primer vocal; Jesús Monarrez, segundo vocal; Ricardo Guerra, tercer vocal; y secretario, Gustavo Melgarejo; y 3 del Comité de Vigilancia, integrado por Patricia Reyes Spíndola, Irina Areú y Horacio Gastelum. Dice que sus compañeros son los que reclaman más beneficios… Lo que ellos piden no es posible, porque la cantidad de dinero que perciben es la que nos entregan y es la que entregamos… Otra de las situacione­s a la que nos enfrentamo­s es la poca participac­ión de los compañeros, porque de los 10 mil activos, solo un promedio de 300 acuden a las asambleas. Aunque la ley permite que puedan votar por medio de una carta poder, aunque no asistan; y una vez que tenemos ese poder que nos firman podemos tomar los acuerdos necesarios en la Asociación. ¿Quiénes son los intérprete­s que cobran más? Los que más vean en la tele son los que más cobran, son los que más trabajan. En algún momento trascendió que figuras, como Verónica Castro y Tigres del Norte que aunque ya tienen cantidades muy grandes por el trabajo que hacen, no asisten a cobrar, ¿eso es cierto? Ellos no van, pero tienen apoderados que llevan una carta poder registrada ante notario, con la que pueden hacer el cobro. Sin embargo, los que no asisten tienen la certeza de que su dinero está protegido porque está guardado en los bancos. Ser líder de los intérprete­s ¿es el mejor papel que ha hecho en su carrera? Mmm (risas). ¿Tiene tiempo para explotar su faceta de actor? Me ha bajado mucho porque he dejado actuar por estar en la asociación; hace poco estaba haciendo una obra, Quique, el emperador, que vamos a retomar, una vez que pase el Mundial de futbol.

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Como actor, ha dejado pasar muchas oportunida­des.

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