Milenio

Voto por Ricardo Anaya

- BRAULIO PERALTA

Tengo el honor de ser amigo de un comunista de 89 años, feliz porque siente que al fin la izquierda llegará al poder con Andrés Manuel López Obrador. Lo mismo pasó con otro amigo, pero de derecha —la misma edad que el primero—, satisfecho porque con Vicente Fox y Felipe Calderón pudo ver el arribo de su partido, el PAN, a la silla presidenci­al. Dos visiones diferentes que sirven para comprender deseos agazapados de la derecha y la izquierda para acabar con el PRI. A ninguno de los dos les rebato. Coincido, aplaudo y callo.

Entiendo lo de AMLO. Salió del PRI junto a Cuauhtémoc Cárdenas para crear el Frente Cardenista. Se peleó con ellos y con el PRD para terminar en Morena. Ha perdido batallas electorale­s aunque en todas dice que ganó: le hicieron fraude. Lo he votado en sus dos presidenci­ales, pero ahora decidí que no. Lo veo lejos de la izquierda y lamento que muchas personas hayan caído en el absurdo de cegarse ante el hecho que hoy Morena es un lugar donde caben todos sin existir conciencia política de por medio.

Ha sido más claro el papel reciente del PAN, que se alió con el PRD y Movimiento Ciudadano y han logrado llevar al candidato Ricardo Anaya al escenario político del centro, ahí donde es posible crear acuerdos de ambos bandos. ¿Ingenuidad? No más que los que voten PRI o Morena.

No digo nada de esto a mis amigos entrañable­s de 89 años. Creo no entendería­n el mundo actual. Yo, mudo, no expreso que pienso votar por el Frente encabezado por un demócrata cristiano que apostó por una coalición. Hay más congruenci­a en el Frente que en Morena, donde no vislumbro conciliar intereses del comunismo de un Taibo II, o un trotsquism­o de El Fisgón, frente al Partido Encuentro Social o ex priistas cínicos. Nuevas corrientes acabarán con la vieja guardia. Hoy ya ni siquiera son cabeza de Morena: están relegados. Los arribistas llegan con intención de comerse el mandado porque el caudillo —con tal de llegar a su cúspide—, lo permite sin que los agraviados chisten tantito.

Mejor opositor hoy que agachado mañana. Es probable que volveré a perder en las elecciones presidenci­ales, de ser cierto el impulso de AMLO en las encuestas. Veremos. Nunca hemos podido ganar desde la izquierda, con Arnoldo Martínez Verdugo o Cuauhtémoc Cárdenas. Ni modo. Sí, me paso al centro, a la línea intermedia entre la derecha y la izquierda. Creo que Ricardo Anaya cumplirá sus compromiso­s.

No digo nada a mis queridos amigos de 89 años. Prefiero hacerlo público.

Bertolt Brecht: “Los vencidos de hoy son los vencedores de mañana, y el jamás se convierte en hoy mismo”. A votar todos. M

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