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un día antes del debate hoy en Mérida, los candidatos presidenciales del PAN, Ricardo Anaya, y del PRI, José Antonio Meade, se guardaron los agravios y evitaron así que su confrontación del fin de semana siguiera subiendo de tono, mientras los mira a la distancia, divertido y haciendo la señal de “amor y paz”, Andrés Manuel López Obrador.
Por separado, ambos rechazaron seguir polarizando el ambiente político, pese a que un día antes se habían dado con todo y no se bajaron de “vulgar ladrón” y “mosquita muerta”. A ver qué se dicen hoy.