Boston no cede en su división
Brock Holt y Jackie Bradley Jr. pegaron elevados de sacrificio en el 12mo inning y los Medias Rojas de Boston limitaron a los Orioles de Baltimore a cinco imparables para superarlos el lunes 2-0.
El duelo de pitcheo entre Dylan Bundy y Steven Wright fue decidido mucho después de que los abridores se retiraran.
Xander Bogaerts abrió la 12a. entrada con un sencillo frente a Mychal Givens (0-3), y los Medias Rojas prosiguieron a llenar las bases antes de que Holt rompiera el empate a cero con un elevado al jardín central. Bradley lo siguió con fly al izquierdo que impulsó al dominicano Rafael Devers, quien había pegado doble.
Heath Hembree (3-1) ponchó a sus tres contrincantes en el 11mo capítulo y Craig Kimbrel sacó los tres outs finales para su 21mo salvamento.
Fue la quinta derrota consecutiva de los Orioles, que han sido blanqueados siete veces esta temporada.
Ante unos Medias Rojas que lideran las mayores en carreras anotadas y porcentaje de bateo, Bundy toleró tres hits durante ocho episodios, regaló dos bases por bolas y no permitió que nadie alcanzara la tercera base.
En otros resultados, Madison Bumgarner dejó escapar una ventaja en el sexto inning y fue expulsado al salir de su segunda apertura de esta temporada, y los Marlins de Miami repuntaron para vencer 7-5 a los Gigantes de San Francisco.
J.T. Realmuto pegó tres hits, incluido su séptimo jonrón de la campaña, y produjo dos carreras, mientras que Brian Anderson también sonó un cuadrangular, conectó dos dobles e impulsó dos anotaciones para los Marlins.
Bumgarner permitió dos imparables seguidos al comenzar la sexta entrada cuando tenía ventaja de 4-2. Cameron Maybin elevó de sacrificio y luego Justin Bour recibió base por bolas en cuatro lanzamientos, ante lo cual Bumgarner le expresó su descontento al umpire del plato, Jeremie Rehak.
El pitcher que ha participado en cuatro Juegos de Estrellas fue capaz de convencer al mánager Bruce Bochy para que lo dejara en la loma, pero inmediatamente después permitió el hit de Lewis Brinson que empató el encuentro, lo que puso fin a su apertura. De camino al dugout, Bumgarner volvió a decirle algo a Rehak, que lo expulsó.
Bumgarner aceptó cuatro carreras y seis imparables en cinco entradas y un tercio.
No sé para qué sea más malo Javier, si para dar explicaciones o para jugar al futbol. Es tan limitado con los pies como con la lengua. Jamás había escuchado a Chicharito hablar más de 10 segundos y cuando vi su declaración sobre la fiesta de la selección me quedé perplejo. Anonadado.
Una fiesta con pura familia y amigos, una fiesta normal, sin pagarle a nadie (escorts), festejando su cumpleaños, me dejó con más dudas que aclaración. De hecho, Javier Hernández no necesitaba dar ninguna explicación. Ninguna.
Nadie se la pidió creo yo. A menos que haya sido un favor que le quería hacer a los jugadores que están casados en la selección y que andaban en la fiesta familiar previo al viaje a Rusia. Yo no puedo contradecir a Chícharo, no sé si eso que dijo es verdad o mentira, lo que sí es un hecho es que me dejó con más dudas sobre qué pasó en esa fiesta. A mí un jugador de la selección me confió que en la fiesta habían colegas de la prensa y que efectivamente eran como 60 a 80 personas. Si las muchachas son o no son escorts no lo sé, tampoco sé si son las primas del Chicharito o de Héctor Herrera, pero de ser cierto esto último, estoy en la claridad de señalar que sus primas o familiares están muy guapas. O tal vez eran unas simples amigas que necesitaban que las acompañaran al taxi. Dudas y más dudas.
Lo único que sí le creo al Chicharito es lo que dijo al final, si volviera a hacer la fiesta prefería no hacerla. Eso es lo más sensato que debieron haber pensado antes del problemón en el que se metieron. Ojalá y haya sido una muy mala experiencia y ningún seleccionado vuelva a cometer este grave error.
Y aunque usted no lo crea, este bochornoso momento puede servir para unir a los jugadores. Yo no digo que le vayamos a ganar a Alemania, pero lo que sí puedo asegurar es que les vamos a dar batalla y por ahí les metemos un susto. Y de abrir el Mundial así, con personalidad, nos puede llevar a la siguiente fase. Ojo con México, probablemente de esta mala experiencia salgan buenas cosas, tiempo al tiempo. Ya solo faltan pocos días para enfrentar a los alemanes y que la fiesta del Chicharito pase a ser solo una anécdota en el pasado negro de la selección mexicana.