Del tango al diván: mano a mano entre Gardel y Freud
Durante la dictadura argentina la gente encontró en el psicoanálisis “una manera de poder reunirse y lograr un espacio de libertad”
Con frecuencia le preguntan a María Inés Montilla, quien radica en México desde hace 11 años: “¿Por qué los argentinos hacen terapia? ¿Por qué hay tantos psicoanalistas y psicólogos?”. A manera de respuesta creó el monólogo musical Del tango al diván, dirigido por Alejandro Herrera Bracho, con la participación de Martín Murano al piano.
Para los argentinos hacer terapia es algo natural, afirma en entrevista la actriz, cantante y promotora cultural argentina. “También lo es escarbar en mí, por mi formación de actriz. Estudié desde pequeña con mi tía, Iris Lusetti, una de las primeras actrices que hizo televisión en mi país. En esa época las niñas estudiábamos declamación, artes escénicas y poesía. Nos ponían arriba del escenario y nos marcaban la poesía teatralmente. Me formé con textos poéticos hasta los 18 años”.
Al plantear su monólogo, la promotora del tango en México pensó en “responderle a los mexicanos por qué los argentinos somos como somos. Pensé que me iba a llevar un mes, pero no, me llevó varios años. Me fui hacia atrás, hasta llegar a mi bisabuela italiana y empezar a entender de dónde había venido este abuelito mío del lado materno —de dónde viene mi lado tanguero—. Empecé a meterme con este rollo de entender cómo mi abuelo llegó a Argentina, a qué edad y qué le fue sucediendo”.
Los inmigrantes cargan con todo lo vivido en su lugar de nacimiento, reflexiona la cantante. “Ya sea porque han vivido guerras o han llegado por una experiencia dolorosa. Muchas veces no sabemos la historia de nuestros antepasados porque ellos no nos la contaban, y hay muchas suposiciones. Tengo la suerte de tener ocho o nueve cartas escritas por mi bisabuelo que guardó mi madre. Y aunque están en italiano, hay cosas que se van entendiendo”.
María Inés empezó a entender cómo estos inmigrantes se encontraron con “gente que ya vivía en Argentina: indígenas, criollos, gauchos, españoles, etcétera, para formar esta nueva cultura a partir de los años 1890-1900. Se va armando un entretejido y aparece el psicoanálisis, porque los argentinos, siempre mirando a Europa, ávidos de saber qué estaba ocurriendo allá, les empiezan a interesar todas las ideas de Freud, e incluso antes de él”. ¿Cómo te identificas con el tema? Del tango al diván fue resultado de un proceso doloroso, pues termino reparando en que yo también soy inmigrante. Vine a México detrás de mis hijos, quienes llegaron antes que yo. Soy inmigrante e, igual que mi abuelo, termino teniendo esa experiencia, por supuesto, mucho más reparadora. A fines del siglo XIX rara vez un inmigrante podía regresar y tenía una comunicación de una carta cada muchísimos años por parte de sus parientes, a quienes no volvía a ver y abrazar, cosa que no fue mi experiencia. ¿Cuál es el tono del monólogo? Todo lo que me duele lo transformo en comedia. Al tener esa experiencia pude escribir el espectáculo y hacerlo desde varios puntos de vista y ponerle humor donde se puede. La comedia cuenta experiencias dolorosas trascendidas o que quieres trascender. La