El último debate
Pues nada nuevo bajo el sol de la contienda electoral de 2018. El debate de los candidatos en Mérida resultó aburrido y ayuno de novedades. Como si se intuyera o adivinase, la audiencia fue menor respecto a las dos anteriores (10.7 millones). Bajo una agenda integrada por media docena de temas (crecimiento económico, desigualdad y pobreza, educación, ciencia y tecnología, salud y cambio climático) los debatientes la abordaron con distinto grado de apego y, como coincidencia, los cuatro introdujeron “sus temas”: desde sorpresivas denuncias y descalificaciones mayúsculas hasta nombramientos prematuros de funcionarios. Independientemente de los contenidos específicos ahí expuestos, queda como experiencia para otros procesos la correspondiente a que el INE, como instancia organizadora (y en un afán de congruencia institucional) le otorgue el peso debido a los documentos fundamentales de los partidos (declaración de principios, programa de acción, estatutos) y de la campaña respectiva (plataforma electoral), tal y como está previsto en la Ley de Instituciones y Procedimientos Electorales y la Ley General de Partidos Políticos. Expliquémoslo.
Por lo que corresponde al debate, y las propuestas y cuestiones ahí mencionadas, un apretado resumen de lo referente a educación sería el siguiente por parte de cada candidato:
Bronco: a) integrar a los padres de familia al proceso educativo como una ayuda al profesorado. b) Mejorar las condiciones laborales del magisterio (remuneraciones actuales de $6,000 pesos al ingresar, elevándolas a $15,000; otorgarles estabilidad laboral a 200 mil profesores). c) La Reforma Educativa debe contemplar el enfoque regional. d) Combatir la deserción escolar con mecanismos de educación a distancia.
R. Anaya: a) no cancelar la reforma educativa; ésta se ha implantado mal, ya que “se trataba de mejorar la educación y no de castigar a los maestros”. b) En materia de gasto, es criticable haber destinado el triple de recursos financieros a la evaluación frente a la necesaria capacitación del profesorado; de igual manera, el desembolso en publicidad durante 2017, mismo que ascendió a 1,963 millones, fue equivalente a haber capacitado a un millón de profesores. c) Es necesario modificar el Nuevo Modelo Educativo. d) Garantizar la conectividad de las TIC en todo el territorio nacional.
AMLO: a) cancelar la esencia de la Reforma Educativa, ésta es de naturaleza laboral, privatizadora, elaborada con base en una receta del FMI, y, con ella, el gobierno “se esmeró en degradar a los maestros”. b) Se elaborará un nuevo plan que mejore la educación. c) Sí a la evaluación pero no con propósitos persecutorios: “voy a utilizar mis facultades….voy a mandar iniciativas al Congreso para esa cancelación”. d) Sí al INEE.
J. A. Meade: a) no a la desaparición de la Reforma Educativa: “sería cancelar el futuro de los hijos”. b) Otorgar certidumbre laboral al profesorado, apoyándolo e incentivándolo. c) Promover una escuela con independencia presupuestal. d) Triplicar las escuelas de tiempo completo.
Por lo que toca a las plataformas electorales, y en función de lo observado en los tres debates, cabe preguntarse si aquellas constituyen un compromiso que el candidato triunfante debe respetar. A este respecto, el presidente del INEE le otorga un alto valor: “Para el debate democrático las plataformas electorales son tan importantes o más que la definición misma de las candidaturas” (L. Córdoba, Excelsior, febrero 2, 2018). No obstante ese pronunciamiento, la legislación electoral, desafortunadamente, no tiene la misma contundencia. Solo así se explica que el propio INEE haya autorizado que los moderadores formulasen cuestionamientos con base en libros y folletos propagandísticos de los tres candidatos y no de ese documento estratégico de todo proceso electoral. Inclusive, algunas preguntas provenientes del público resultaron de tal grado de especialización que, con toda certeza, ninguna plataforma recogería (p. e. “¿está usted a favor, en el caso de medir el aprendizaje de los alumnos, de la evaluación muestral o censal?”).
Conclusión: a) el debate no trajo novedades; b) se aprecia el esfuerzo del INE por volverlos más ágiles y útiles; c) esta expectativa solo se cumple parcialmente, debido a la actitud o mañas de los candidatos; d) los documentos básicos del proceso electoral debe tener una difusión más amplia (“una plataforma electoral dice más que mil spots”, Ciro Murayama) y jugar un papel mayor en las actividades electorales, debates incluidos.
“Cabe preguntarse si [las plataformas electorales] constituyen un compromiso que el candidato triunfante debe respetar”