5 días, los delincuentes entraron a salones prefabricados y se llevaron material didáctico y hasta juguetes de los estudiantes. Los planteles, un jardín de niños y una primaria, sufrieron daños tras el 19-S
En un periodo de
Cientos de niños matriculados en un jardín de niños y una primaria toman clases en aulas prefabricadas, porque sus planteles sufrieron daños durante el sismo del 19 de septiembre de 2017, pero además enfrentan otro inconveniente: la delincuencia.
En un periodo de cinco días, la primaria Juan B. Tijerina y el kínder Antonia Nava de Catalán sufrieron dos robos. Los ladrones se llevaron material didáctico, papelería, libros, ropa y hasta sus juguetes.
“Los objetos no son de gran valor ni han sido robos cuantiosos, pero no se vale que lo poco que tienen los niños se los arrebaten los delincuentes”, aseguró Remedios Jiménez Martínez, una de las madres de familia.
Los tutores recriminan la actuación de las autoridades capitalinas, ya que en la esquina de las aulas, ubicadas en Otilio Montaño y Eje 6 Sur, de la colonia Santa María Aztahuacan, en Iztapalapa, existe una cámara de seguridad del C-5.
Desde hace nueve meses, las aulas prefabricadas están dentro del deportivo Otilio Montaño, al oriente de la demarcación.
Los planteles escolares están en reparación y se localizan en la Unidad Habitacional Ejército de Oriente, a un kilómetro de distancia.
La supervisora de la zona escolar, Juana Hernández, informó que las obras de rehabilitación del plantel del preescolar están detenidas desde varios días atrás, lo que provocó la molestia de los padres.
Sin embargo, los tutores estallaron al percatarse de los dos robos consecutivos y “están solicitando seguridad pública”.
Por ello, alrededor de 40 madres y padres de familia, además de niños, bloquearon ayer por cerca de dos horas el cruce de los Ejes 5 y 6 Sur.
Solo así llegó al lugar personal de la zona escolar, quienes de inmediato sostuvieron una reunión con los padres de familia. Los funcionarios les prometieron que su edificio escolar les será entregado en agosto próximo, según informó la madre de familia Aselvia Carrera.
La reunión que nunca habían concretado, a pesar de las soli- citudes hechas, la tuvieron con personal del Instituto Nacional de la Infraestructura Física Educativa, correspondiente a Ciudad de México.
“Dialogaron con nosotros y nos prometieron que se retomarán los trabajos de reconstrucción y nos comentaron que estará listo para el inicio del próximo ciclo escolar, es decir, en agosto”. Los padres de familia cerraron el Eje 6 para exigir vigilancia y la reapertura inmediata Aseguran que es una zona insegura y que las lluvias afectan los salones provisionales
Después del sismos del años pasado, los edificios del preescolar y la primaria fueron declarados en código rojo, porque había daños considerables en columnas y pisos, por lo que serían sometidos a tratamiento.
Ante esas condiciones, las autoridades escolares en Iztapalapa decidieron que podían continuar sus labores en aulas prefabricadas colocadas dentro del deportivo.
Los padres explicaron que al bloqueo también arribaron policías de la delegación, a quienes se les cuestionó su actucación de vigilancia, pero los uniformados respondieron que “no podían hacer nada, porque no cuidaban escuelas”
“Es muy zona violenta y hay muchos robos y venta de droga”, dijo un padre de familia. Han asaltado varias veces y ya estamos hartas; ni la delegada de Iztapalapa, Dione Anguiano, ni nadie nos hace caso; ni mucho menos la Secretaría de Educación Pública”.
Las inconformes colocaron carteles en las rejas del deportivo con la leyenda: “Cerrado hasta tener la seguridad garantizada para todos los niños” y “Cerrado por inseguridad”.
Al bloqueo vial llevaron una pancarta que indicaba: “Estamos hartas de aulas provisionales, queremos nuestra escuela”.
El deportivo Otilio Montaño se encuentra resguardado por una barda metálica y al interior se colocaron los bloques de aulas prefabricadas; el área de preescolar y primaria está dividida por malla ciclónica. Por ahora, dijo un padre, solo esperamos que las lluvias y los encharcamientos no sigan afectando a nuestros niños. M