Croacia humilla 3-0 a Argentina y lo deja con un pie fuera
MESSI Y ARGENTINA SUFRIERON UN DURA DERROTA ANTE CROACIA QUE LOS PONE AL BORDE DE LA ELIMINACIÓN; CON APENAS UN PUNTO LUEGO DE DOS PARTIDOS, SE JUGARÁN SU ÚLTIMA CARTA FRENTE A NIGERIA
Argentina muere lenta y dolorosamente y Lionel Messi con ella. Tal parece que la historia entre ambos vivirá su capítulo más triste y decepcionante en esta Copa del Mundo, en la que está a nada de quedar fuera en la primera ronda. Un golpe muy duro para uno de los mejores jugadores de la historia a quien, sencillamente, la gloria con su selección parece prohibida.
Porque Messi lo ha intentado una y otra vez, y una y otra vez ha fracasado. Con su selección no disfruta ni sonríe como en el Barcelona; cada vez es más evidente su desesperación y soledad. Hoy, están –ambos– al borde del colapso, de un papelón histórico.
Argentina ha sido una decepción. Ya Islandia había demostrado lo limitado que es este equipo y ayer Croacia terminó por desnudar su falta de intensidad y sistema. Porque La Albiceleste no juega a nada, bueno, juega a que Messi haga algo. El 3-0 es un castigo demoledor, pero merecido.
CROACIA, MUY SUPERIOR
Croacia es un equipo bien armado y muy maduro. De a poco toma tintes de caballo negro para esta Copa del Mundo. En los primeros minutos avisó con Ivan Perisic, entrando libre por la izquierda y sacando un remate cruzado que estuvo a centímetros de tocar red.
Luka Modric comenzó a soltarse en el mediocampo y los diez minutos se cumplieron con mejores sensaciones para Croacia, que sin demasiado argumento desnudó falencias en la retaguardia de la albiceleste.
Sin embargo, fue Argentina el que estuvo más cerca de abrir el marcador. A la media hora, Enzo Pérez tuvo en sus botines el primer tanto tras un par de desaciertos en el área de los croatas, pero solo frente al arco falló.
El partido levantó temperatura y como una daga el balón habilitó a Mandzukic que se zambulló para cabecear el balón que rozó el arco de Caballero.
El segundo tiempo arrancó con buenas sensaciones para los sudamericanos, Agüero falló una definición y todo parecía fluir. Pero llegó la jugada fatídica de Caballero que con un fallo grosero al querer jugar el balón habilitó de la mejor forma
Hemos demostrado que podemos crear oportunidades, pero mantengamos los pies en el suelo” Cuando Argentina tuvo el balón, cortamos a Messi y lo detuvimos para recuperar la pelota” LUKA MODRIC Mediocampista de Croacia
posible a Ante Rebic que aceptó el regalo y lo fusiló.
La pesadilla comenzó para los argentinos en las tribunas, donde tuvieron que pasar varios minutos después del gol para que el silencio diera pase a un nuevo aliento, y en el banco donde Sampaoli sacó a Agüero y Salvio para meter a Gonzalo Higuain y Cristian Pavon.
El nerviosismo tomó a los jugadores de Argentina, incluido Messi que reaccionó con vehemencia ante una marca croata. Croacia tuvo varias chances para rematarlo, pero falló en el último pase hasta que apareció la magia de Modric.
El volante desde las puertas del área sacó un lujoso remate anotando el 2-0 que se transformó en goleada y humillación cuando otro fallo garrafal de la defensa argentina le regaló el balón a Rakitic para que anotara el 3-0.
LA SOMBRA DE MESSI
Sonó el himno y miró al suelo, con la vista perdida, como si algo no fuera bien. Se tocó el pelo y cerró los ojos. Así arrancó el partido. Así siguió durante todo el cotejo, buscando la pelota, persiguiendo su sombra. Messi vivió ante Croacia una de sus peores noches y Argentina queda con un pie fuera de Rusia 2018.
En la primera mitad tocó menos la pelota que Willy Caballero. En la segunda, su ataque de disconformidad se quedó corto: un par de conducciones desde la medular, un pase en profundidad y un remate despejado por un defensa. Nada más. Como si no hubiera aparecido, vio impotente cómo su selección sucumbía 3-0 ante Croacia en la segunda jornada del Grupo D del Mundial.
Los europeos ya están clasificados, los sudamericanos tendrán que ganar a Nigeria en la última fecha y esperar resultados. El primero, el de los africanos frente a Islandia este viernes. En función de eso, también, el de los islandeses frente a los croatas en la última fecha.
Jorge Sampaoli había modificado completamente el dibujo táctico del equipo para “potenciar” a La Pulga, como había reconocido en la conferencia de prensa en la víspera.
El resultado fue el contrario. Con la cámara fijada en el astro albiceleste, su lenguaje corporal hablaba por sí solo: un paso y parada en seco. Mirada al suelo. Nada. Sin reacción, sin un ápice de bronca. Resignación como solución a la profunda crisis, de juego y de resultados, que vive Argentina.
Nada más. Willy Caballero completó 12 pases en los primeros 45 minutos. Messi repartió 11. El portero tocó la pelota 20 veces. Messi 11. Estadísticas que valen más que mil palabras. Sin hablar con nadie, sin ejercer de capitán, se marchó a los vestuarios. Solo.
En la segunda mitad, Caballero erró de manera calamitosa y Ante Rebic adelantó a los suyos. Messi mostró entonces un ápice de rebelión, bajando a recibir el balón, conectando con sus compañeros. Pero se esfumó pronto. Exactamente lo que tardó Sampaoli en desmontar el equipo, en cambiar a sus centrocampistas por delanteros.
A partir de ese momento, Messi no la olió. Desapareció de forma definitiva. Y siguieron cayendo los goles croatas, hasta el 3-0 final.
Argentina tiene un pie fuera de Rusia 2018. Y Messi no ha sido Messi, solo su sombra: erró un penal que le podría haber dado los tres puntos ante Islandia en el encuentro inaugural y, frente a Croacia, no estuvo a la altura de las circunstancias, de su trayectoria ni de su leyenda.
Su equipo, y él, aún tienen una bala en la recámara ante uno de sus enemigos íntimos. El 26 aguarda Nigeria, como en Estados Unidos 1994, Corea del Sur y Japón 2002, Sudáfrica 2010 y Brasil 2014, con un balance inmaculado de cuatro victorias para los albicelestes.