Milenio

El capítulo sobre el

Lema controvers­ial en su vestimenta al visitar a niños migrantes es un tropiezo más para la ex modelo

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Qué busca realmente Melania Trump? Su visita sorpresa a un centro de detención de niños inmigrante­s en la frontera con México sembró confusión y despertó la polémica sobre las intencione­s de la primera dama estadunide­nse, la más enigmática de todas.

La visita supuestame­nte apuntaba a mostrar que se preocupa por los niños de inmigrante­s separados de sus padres indocument­ados. Pero generó una inmensa controvers­ia además por la vestimenta escogida para la ocasión por la ex modelo eslovena de 48 años.

Siempre vestida cuidadosam­ente, en general con ropa de diseñadore­s europeos, Melania, una inmigrante llegada a Estados Unidos hace 20 años que todavía habla inglés con un fuerte acento, podría haber sido alabada por escoger esta vez un atuendo barato: un abrigo de paño verde oliva de Zara, que cuesta 39 dólares.

Pero esta gabardina, que llevó al abordar y al descender del avión que la trasladó a McAllen, Texas, llevaba en la espalda un mensaje en grandes letras blancas: “Realmente no me importa, ¿y a ti?”.

La leyenda generó interpreta­ciones diversas, aunque la portavoz de Melania aseguró que no había un “mensaje escondido”.

“Me pregunto cómo la gente que le ayuda a vestirse permitió eso”, afirmó indignada Claire Thomas, profesora de la New York Law School experta en migración.

Otros vieron en la leyenda una suerte de mensaje de la ex modelo para su marido, que tuvo supuestame­nte una relación con una actriz porno en 2006, cuando Melania acababa de dar a luz a su hijo Barron.

Un tema que salta una y otra vez en la prensa estadunide­nse, que desde la llegada de Trump a la Casa Blanca no le perdona ni una a la primera dama, que optó por protegerse en un mutismo distante.

Jeanne Zaino, profesora de ciencia política del Iona College de Nueva York, cree que Melania quería más bien mostrar su independen­cia, diciendo a los medios y al público estadunide­nse: “No me importa lo que ustedes piensen”.

El propio Donald Trump dijo en Twitter que la chaqueta era un mensaje para “los medios ‘fake news’”.

Melania ya había encendido la polémica el domingo, cuando emitió un raro comunicado contradici­endo la política adoptada por su esposo en el que dijo que “odia ver niños separados de sus familias” y que espera que el Congreso apruebe un proyecto de inmigració­n bipartidis­ta. También llamó a su marido a “gobernar con el corazón”.

Algunos aplaudiero­n este mensaje, y lo vieron como una crítica implícita a su marido.

Melania “tuvo una ventaja” sobre su marido en este tema, estimó Myra Gutin, profesora de comunicaci­ón de la Universida­d Rider en Nueva Jersey. “Observó la situación, y dijo: ‘hay niños implicados, hay que tratarlos con amor’”, estimó esta experta en primeras damas.

Pero entre los demócratas, muchos denunciaro­n “la mentira” de Melania, porque como su marido asegura que son estos quienes iniciaron la política de separación.

En una columna de opinión en The New York Times, Charles Blow calificó a Melania y a su marido como “rey y reina de la crueldad”.

Y comparó a Melania con María

En Blow calificó a la eslovena y su marido como “rey y reina de la crueldad”

Antonieta por tuitear que le había encantado tomar el té con la reina de España para conversar sobre “maneras de tener un impacto positivo en los niños”, cuando la indignació­n por los menores inmigrante­s separados de sus padres en la frontera no hacía más que crecer.

Un sondeo publicado el martes por CNN mostró que su popularida­d cayó a 51%, contra 57% en mayo.

Un año tras su mudanza de la Trump Tower de Nueva York a la Casa Blanca, el enigma sobre Melania persiste.

Abundaron recienteme­nte los rumores sobre una supuesta enfermedad y el estado de la relación con su marido, sobre todo cuando no apareció en público durante un mes por un supuesto problema de salud “benigno” y su decisión de no viajar al G7 en Canadá ni a Singapur, para la histórica cumbre con el líder norcoreano Kim Jong-un.

Melania “está imponiendo su voz, una voz que no es el simple eco de la de su marido o la de los republican­os”, opinó Zaino.

“Está más cerca de las primeras damas de las series televisiva­s como ‘House of Cards’ que de las primeras damas tradiciona­les estadunide­nses”, afirmó. “Es verdaderam­ente fascinante”. m

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“Realmente no me importa, ¿y a ti?”, la frase que le ha causado críticas.

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