Froylán M. López Narváez, Álvaro Cueva
En la Conferencia Nacional de Procuración de Justicia, en Acapulco, se divulgó que hay cacería asesina de precandidatos, candidatos y funcionarios en las elecciones nacionales, que son muchos y que incluye gobernadores y otros ciudadanos que ahora, en estricto sentido, se la juegan.
Los homicidios incluyen precandidatos, candidatos y funcionarios; son los tiempos más aciagos de criminalidad, no solo en Ciudad de México, sino doquiera y hay personas que se dedican al servicio público, dicen.
Víctor Antonio Carranza Bourget, fiscal de Puebla y portavoz de los procuradores del país, advirtió que el temor de la población a dichos actos violentos puede inhibir su participación electoral.
Los procuradores pidieron que los propios ciudadanos colaboren para detener a los agresores. No se han identificado estas matanzas como provenientes de alguna agrupación delictuosa estable.
El asesinato de Fernando Ángeles Juárez, candidato del PRD a la alcaldía de Ocampo, Michoacán, es testimonio de que no hay combate a un solo partido.
Se dijo: “Los procuradores y fiscales generales del país rechazan la violencia durante el proceso electoral, de manera particular contra las mujeres, y asumen el compromiso de reforzar las acciones de investigación y persecución para esclarecer los hechos y castigar a los culpables”.
El drama gravísimo del feminicidio en México, y en otras partes del mundo, también reclama meditaciones y acciones en torno a este fenómeno humano patético que se ha incrementado doquiera.
Por supuesto, ya se expresaron ideas en torno a las elecciones inminentes y que habrán de trastocar el sentido y la organización de estados y municipios con las consecuentes alteraciones en las relaciones de poder en México.
El vaticinio muy probable de que Andrés Manuel López Obrador será electo como Presidente y de que Morena logrará presencia relevante en gubernaturas y en los poderes legislativos será un factor que condicionará y determinará el modo de vida nacional.
Lorenzo Córdova, titular del INE, estimó que “no hay nada peor para enfrentar una elección que la incertidumbre” generada por la violencia. También reconoció el hecho fatal de que el país vive violencias, como jamás las hubo en el presente siglo.
El gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo Flores, también expresó algo terrible y preocupante: “Creo que me quedé corto, porque la situación se ha ido a los estados y se presenta lamentablemente, reiteradamente, en el ámbito electoral; ha sido un paso desafortunado y creo que la delincuencia se ha envalentonado, se mete con facilidad y le quita la vida a quien cree que no le va a servir”.
La selección ominosa de los aspirantes al poder y de quienes lo tienen da cuenta de que este empeño lleva a situaciones pavorosas.