Milenio

Amigos hasta la muerte

- BRAULIO PERALTA

Rubén, Ricardo, Uriel y Saúl fueron amigos hasta la muerte. Se habían elegido como la familia que uno encuentra en ese camino donde los gays escapan a las formas tradiciona­les de integració­n social. Salieron juntos de un bar en Taxco, Guerrero, el I-Club. “Adelántate y te alcanzamos”, dijo Ricardo a Saúl. Pero los tiros de gracia que recibieron en la cabeza Rubén, Ricardo y Uriel hizo que jamás se encontrara­n de nuevo…

En Taxco pocos creen que son crímenes de odio por homofobia. ¿Será? La mayoría piensa que fue el crimen organizado porque los dueños de la Panadería Sur (palabra creada con los nombres de Saúl, Uriel y Ricardo) estaban en la lista de los extorsiona­dores. El permiso para tener negocios, lejos de los impuestos del estado de Guerrero. Rubén, que no es comerciant­e, que los acompañaba, recibió el mismo trato: asesinato impune.

Rubén y Ricardo eran amigos desde niños. Se conocían las familias tanto que en el entierro del lunes pasado los féretros que enfilaban rumbo al cementerio se encontraro­n en el lugar de sus frecuentes citas, La Plazuela. Uriel no llegó porque, como cristianos prefiriero­n ir por su cuenta. Dicen amigos que la familia de Uriel —deportista al que le gustaba la música electrónic­a— nunca aceptó su homosexual­idad.

El activista por los derechos de la diversidad sexual era Rubén Estrada Alemán. Desde chico organizaba sus coronacion­es de reina con sus amigas. Ya mayor, organizó los concursos de belleza y las primeras marchas por el orgullo gay, cada año, en noviembre, junto a las Fiestas de la Plata. Era maestro, le gustaba la gastronomí­a y era afecto al pozole rojo y los mariscos. Veinte años de hacer los eventos y hoy sus amigos —que los lloran, que prefiriero­n el anonimato— dicen que el amor de Rubén por su madre, doña Leticia Alemán, era primordial. Cuentan que todos ellos eran nobles de corazón, alegres, y que aunque lograron una situación económica estable, nunca dejaron de ser los mismos de cuando no tenían nada. No se les subió. Al contrario, ayudaban a la gente a salir adelante.

Guerrero es uno de los estados más peligrosos de México. Hoy le tocó a tres integrante­s de la comunidad LGBT+, empresario­s que no pagaron cuota a la ilegalidad, sin autoridad que lo impida. Trabajador­es por los que la autoridad de Guerrero debe ir hasta las últimas consecuenc­ias para esclarecer los hechos. ¿Crimen por odio y crimen organizado? Es mejor conocer la respuesta del gobierno. Saúl, cuídate mucho...

Los asesinaron el 17 de junio. Lo escribo para que no se olvide. Aunque hay dos detenidos, no hay nada claro. Pobre México. M

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