Quién dice algo de la embestida antiinmigrante
Como traté de decirlo la semana pasa- da, sería un gravísimo error celebrar demasiado el anuncio de Trump de que ya no se separarían menores de edad de sus padres arrestados por la policía migratoria estadunidense.
Si algo, fue apenas un pequeño bache en el camino a la embestida que por razones electorales Trump ha emprendido en estos tiempos y solo se agravará hasta noviembre. Algunas pistas: Como bien lo documentó The New York Times en una nota de este fin de semana, la base de Trump está aún más energizada después de todo este escándalo. Aunque objetaban el asunto de la separación, hoy más que nunca sienten —sin muchos datos que los respalden— que la inmigración es uno de los grandes males del país y que lo único que Trump quiere es frenarla para mejorar las condiciones de vida en Estados Unidos. Y por eso la embestida no cesa. CNN reportó el domingo, por ejemplo, que en lugares tan alejados de la frontera, como New Hamsphire y Maine, se han instalados retenes de la policía migratoria, que revisa la nacionalidad y estatus de quienes por ahí pasan: “En la carretera interestatal 95 cerca de la remota ciudad de Lincoln en el norte de Maine esta semana, la Patrulla Fronteriza dijo que realizó nueve decomisos de drogas y dos arrestos por violaciones de inmigración durante una operación de control de 11 horas en la que los agentes les preguntaron a los automovilistas sobre su lugar de nacimiento y ciudadanía”. Los viajeros tienen derecho a permanecer en silencio, dijo en un comunicado. “Los viajeros que cooperan se pasan rápidamente, a menos que el agente sospeche que están violando la ley federal. Los viajeros que se nieguen a cooperar pueden ser referidos a un área de examen secundaria para permitir que los agentes realicen preguntas adicionales para determinar la ciudadanía o residencia del viajero”.
Y la presión de Trump quedó muy clara en otro tuit de estos días, que consiste en cambiar la ley para desaparecer el derecho a un proceso judicial para aquellos que quieran llegar a Estados Unidos:
“Contratar a muchos miles de jueces, y pasar por un proceso legal largo y complicado, no es la manera de hacerlo, siempre será disfuncional. La gente simplemente debe ser detenida en la frontera, decirles que no pueden entrar ilegalmente a los Estados Unidos y llevar a los niños de vuelta a su país... Si esto se hace, la inmigración ilegal se detiene inmediatamente”.
Esto solo se va a poner peor. M