Adiós a la frustración (financiera)
Educación financiera es “felicidad”, me dijo Ro- sendo Vallés, presidente del consejo de Junior Achievement México, una organización no lucrativa que promueve el conocimiento financiero en 122 países.
Dos de cada tres adultos son analfabetas financieramente, según Gallup. El mal manejo del dinero puede destruir un patrimonio familiar o una empresa.
“Un adulto que no conoce sus finanzas y pierde una oportunidad (profesional), genera muchísima frustración”, abundó Rosendo.
En México no tenemos control sobre el dinero. Según el Banco Mundial (BM), 80 por ciento de los mexicanos no sabe cuánto gastó en la última semana y solo un quinto conoce cuánto tiene disponible para el gasto corriente. Solo 34 por ciento podría cubrir un gasto mayor no anticipado. Eso resulta en deudas y tarjetas sobregiradas: más frustración.
Vivir cómodamente el retiro es un reto enorme cuando solo 28 por ciento de los mexicanos con menos de 60 años tiene planes para ese momento de su vida. ¡Qué frustración!
Tenemos que saber dónde ponemos el dinero que tenemos. Para eso, Junior Achievement tiene 26 programas para jóvenes de primaria y hasta universitarios con 7 mil voluntarios que enseñan cómo hacer un presupuesto, pagar deudas y la importancia de un seguro. Nueve de cada 10 escuelas en las que trabajan son públicas y el patrocinio viene de empresas, muchas financieras, como HSBC, MasterCard o Nacional Monte de Piedad.
El conocimiento financiero tiene una correlación con no gastar de más, conseguir metas, ahorrar y vivir acorde con los ingresos que se tienen, señala el Banco Mundial. Vivir así resulta en bienestar, una felicidad por cumplir objetivos. “Y si no logran sus sueños de niños que sea porque cambien de sueño, no porque les faltaron conocimientos financieros”, consideró Rosendo.
Para dar herramientas financieras a los niños, que aplican también para los adultos que no iniciaron con el pie derecho, tres tips: “hay que tenerle respeto al dinero”, me dijo Rosendo y cuidarlo; ahorrar siempre, aunque sea poco, para ver resultados; y tener responsabilidad social. “El espíritu emprendedor debe ir de la mano de valores”, concluye Rosendo. Así se despide uno de la frustración que el dinero puede generar. M