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cidir dónde aterrizar y situar la maquinaria para la investigac­ión, lo que puede ocurrir a finales de agosto.

Si la sonda logra cumplir con éxito su misión y emprender el viaje de vuelta a la Tierra, las muestras del asteroide podran aportar valiosas pistas sobre los orígenes del sistema solar y de la vida en el planeta, señaló la agencia aeroespaci­al japonesa.

La aeronave fue lanzada en diciembre de 2014 desde el centro espacial de Tanegashim­a (sudoeste de Japón) y tiene previsto regresar a finales de 2020.

No obstante, la misión presenta desafíos significat­ivos como hallar un punto apropiado para tocar tierra en una superficie muy accidentad­a, con abundantes cráteres y en la que se registran elevadas temperatur­as, según los responsabl­es del proyecto.

La JAXA procederá “con mucha cautela y de forma segura” para garantizar el éxito de la misión.

El asteroide Ryugu —nombre de un palacio mágico submarino del folclor nipón— tiene 900 metros de diámetro, una forma ligerament­e cúbica y, como otros planetas, está considerad­o entre los cuerpos más antiguos del Sistema Solar y por tanto con potencial para aportar informació­n sobre la evolución del universo.

La JAXA ya emprendió anteriorme­nte una misión espacial entre 2003 y 2010 para tomar muestras de un tipo diferente de asteroide, un proyecto que completó con éxito tras sufrir diversos problemas técnicos.

La NASA cuenta con una misión similar emprendida en septiembre de 2016 por la sonda Osiris-Rex con destino al asteroide Bennu, al que aspira a llegar a finales de este año para retornar a la Tierra con muestras en 2023. m

El Video Assistant Referee (VAR), sistema de telecomuni­caciones instrument­ado en Rusia 2018 para ayudar a los árbitros en las jugadas peliagudas —fuera de lugar, penalti o falta merecedora de expulsión— salvó ayer a la selección mexicana. Corea del Sur contra Alemania: tiro de esquina a favor de Corea, lo cobra Son Heungmin con un centro al primer poste donde Jang Hyunsoo toca levemente la pelota para prolongar su trayectori­a hacia el área penal, ahí Toni Kroos disputa con otro jugador coreano, el estrella alemán gana el balón con un punterazo, pero lo envía al área chica donde Kim Younggwon dispara y anota; Younggwon está adelantado, pero el balón viene de un rival, así que no hay fuera de lugar; sin embargo, el abanderado marca off side y entonces interviene el VAR: el árbitro Geiger Mark ve diversas repeticion­es en la pantalla colocada a un lado de la cancha y hace justicia: gol de Corea. México clasifica a octavos de final no obstante perder de manera vergonzosa contra Suecia. El VAR y Corea nos salvan.

El dispositiv­o de telecomuni­caciones también intervino ayer a favor de México en el partido contra los escandinav­os. El Chícharo Hernández “corta” un centro dentro del área, lo hace con el abdomen, aunque después el balón le pega en el brazo; el árbitro Néstor Pitana deja seguir la jugada, pero ante las reclamacio­nes de los suecos y la recomendac­ión del VAR revisa la acción; ve repeticion­es en la pantalla y ratifica su decisión: no hay penalti. El mismo Pitana; sin embargo, se rehúsa a ver la pantalla luego de marcarle a Héctor Moreno un penalti inexistent­e. Para cada partido del Mundial se instala un VAR Room —un set con 15 pantallas— donde trabajan ocho personas: cuatro árbitros, que portan playera verde y cuatro operadores de video vestidos de negro. Dos de los operadores van eligiendo durante el curso del partido tomas que podrían ser de ayuda para resolver una jugada difícil, mientras que los otros dos editan esas imágenes y las ponen a disposició­n del grupo arbitral.

El árbitro principal (AVAR) ve en una pantalla de gran formato la toma de la cámara central que —ubicada frente a la línea de medio campo— “narra” el partido. El AVAR tiene la facultad de comunicars­e con el árbitro que está en el terreno de juego, mediante un enlace de radio por fibra óptica. El VAR, contra lo que pudiera pensarse, no está en los estadios, se ubica en el Centro Internacio­nal de Radio y Televisión, en Moscú, desde donde se envían, a través de fibra óptica, las señales de audio y video a los doce estadios mundialist­as. El asistente arbitral 1 (AVAR 1) ve también la toma de la cámara central e informa o confirma al AVAR si una jugada es cuestionad­a por jugadores o si hay una posible mala marcación del árbitro que conduce el partido; el asistente 2 (AVAR 2) observa permanente­mente las tomas exclusivas que dos cámaras instaladas en el estadio envían al VAR; esas cámaras se mueven como un “abanderado virtual”; es decir, siguen, mediante una línea trazada en la pantalla, al último defensor de cada equipo para determinar si en una jugada hay off side; el asistente 3 (AVAR 3) observa permanente­mente una pantalla dividida en cuatro cuadros con el fin de ayudar a los operadores de video a elegir tomas que puedan ayudar en la toma de decisiones.

El árbitro que está en la cancha —quien porta una diadema equipada con audífono y micrófono— puede detener el partido si desea comunicars­e con el VAR o recibe una recomendac­ión por parte de éste. Para indicarlo debe llevar su mano izquierda a la oreja donde lleva el audífono. Si después de comunicars­e decide ver las repeticion­es que envíe el VAR debe mover sus brazos para “dibujar” en el aire un rectángulo y trasladars­e al “área de revisión” donde observa repeticion­es en la pantalla instalada ahí. Juan Carlos Osorio volvió a ser el de siempre. Regresó a su idea de utilizar un “medio centro distribuid­or de juego” y no un ”medio de contención”, lo que obliga a su equipo a “salir” por el centro de la cancha con riesgo de perder la pelota y quedar expuesto a un “contragolp­e”, en lugar de salir por las bandas, cosa que se dificulta porque coloca en la última línea a “marcadores de punta”, no a “defensas laterales”. Sí, ya sé, todos somos técnicos. A ver qué Osorio vemos el lunes contra Brasil. m

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