Apuestan por energía cara y peligrosa en Vaca Muerta
En Argentina, segundo yacimiento de gas más importante del mundo
Vaca Muerta es el segundo yacimiento de gas y el cuarto de petróleo más importante del mundo, se encuentra al noreste de La Patagonia, en una región de 30 kilómetros cuadrados, en las provincias argentinas de Mendoza, Río Negro, La Pampa y Neuquén. Unos lo ven como una fuente de incalculable riqueza, pero para otros significa pobreza, contaminación, enfermedad y muerte.
Es el caso de Josefa Campo, quien explicó que especialmente los niños son más vulnerables a la contaminación que se genera en la zona: “Los mismos doctores eso dicen, que la contaminación está en el agua (...) Uno se da cuenta porque junta agua en un recipiente y a los tres o cuatro días ya no sirve, se pudre. Eso no sucedía cuando llegamos acá”.
Rubén Ibáñez es otro de los afectados: “Tengo cáncer en los pulmones y la garganta, debo cuidarme mucho para caminar (...) Tomo medicación para el EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) y con las explosiones, a las que nos hemos expuesto, se me subió la presión arterial. Todo está en los químicos, no es que esté convencido yo, sino los doctores, también”. En esta zona los hidrocarburos se encuentran atrapados entre las rocas, a miles de metros de profundidad y para extraerlos se requiere una técnica no convencional llamada fracking que consiste en romper la tierra para inyectar 20 millones de litros de agua y un coctel de 300 químicos en un pozo que no tendrá una vida útil mayor a cuatro años, mientras que en un pozo con perforación vertical o convencional el petróleo prácticamente fluye por presión y su duración es de hasta 15 años.
Josefa, indígena mapuche de 67 años con cuatro hijos, vive en Campo Maripe departamento de Añelo; nació en esta tierra semidesértica y fría a donde llegó desde chile su padre, Pedro Campo, en 1928. El gobierno argentino no ha querido reconocerles la propiedad a los mapuches, pero ellos han asumido la defensa de la tierra pues la ven morir.
Como ellos, 6 mil habitantes de Vaca Muerta han visto cambios radicales en su vida desde que en 2012 el gobierno argentino, con el argumento de que el gas es una energía limpia, inició la perforación y explotación de estos yacimientos que ya suman 2 mil, contraviniendo con ello el Acuerdo de París, del que forma parte.
Para el vocero de Greepeance de Argentina, Ingo Boltz, “la extracción y consumo del gas de Vaca Muerta generará 50 gigatoneladas de dióxido de carbono —lo que emite todo el mundo en un año— (...) Lo peor es que aquí hay potencial de energías limpias como la eólica o la solar.
Así es como el gobierno argentino insiste en promover la extracción del gas con una técnica que ha sido prohibida o tiene moratoria en Francia, Bulgaria y Escocia, Gales, Alemania, entre otros. “Decisión que es muy cara, el megavatio de electricidad con energías eólica o solar cuesta 40 dólares y en México se han conseguido precios de hasta 20, mientras que el producido con gas cuesta 85 dólares y se prevé que cueste 98 para 2019”, dijo Boltz.
Con la idea de evitar lo que dicen será una catástrofe ecológica, organizaciones sociales y mediomabientales, como Greeanpeace, se han sumado al reclamo de no explotar estos yacimientos y recular en la promesa económica que propone convertir a Vaca Muerta en un Dubái argentino para el año 2034, dónde, por ahora, lo único que ha llegado son enfermedades para los lugareños y casinos para los empleados de la petroleras. m