Perdón que no aplauda
Hace 18 años, Vicente Fox sacó a la dictadura priista de Los Pinos. Recuerdo bien la alegría desbordante, la esperanza luminosa del país entero y la enfática promesa del presidente entrante de acabar con la corrupción, de modernizar los servicios públicos y de erradicar la pobreza. Hasta que llegaron Vamos México, los Bribiesca, Sari Bermúdez y Lino Korrodi. Y peor, lo que no llegó: la rendición de cuentas, el cambio sustantivo y la ciudadanización de la vida política. El oneroso sexenio de Felipe Calderón fue el colofón de nuestra alternancia, desembocando en el regreso del PRI. La Presidencia que ahora termina nos devolvió con creces la corrupción desvergonzada y la ineptitud de compadres del viejo tricolor que, cuando menos, entró como salió, por la vía de las urnas.
Así que, aunque sin duda me da un enorme gusto la paliza electoral dada al partido de La estafa maestra, perdonen que no comparta el optimismo generado por el triunfo de López Obrador. En primer lugar, no solo porque el presidente electo se rodea de los personajes más selectos de la vieja dictadura, sino porque ha solapado con creces, a lo largo y ancho de su carrera política, las prácticas fangosas que tanto aborrecemos en sus antecesores: Ponce; Bejarano; la Línea 12; Eva Cadena; Layda Sansores y los desvíos del fideicomiso para los damnificados, entre otras. En segundo, desprendiéndose del anterior, porque su rasero para juzgar la valía de personas, instituciones o sucesos es la estricta lealtad a su persona: pasar de prensa fifí a prensa ejemplar depende de si el material le es favorable o no, y el empresario rapaz de ayer hoy está lleno de dimensión social, siempre y cuando apoye su proyecto. También es preocupante, aunque natural en las adhesiones religiosas, que muchos de sus acólitos equiparen el panegírico al patriotismo, tomado la crítica o la duda puntual, parte central de la vida cívica y democrática, como un ataque o una traición.
Nada de esto significa que no le deseo éxito, sino todo lo contrario. Por el bien del país, es del interés de todos los mexicanos que AMLO tenga una estupenda Presidencia. Como lo es también que constantemente lo vigilemos y lo llamemos a cuentas para asegurarnos de que así sea. M