Milenio

Bélgica se aferra al Mundial

Con una buena dosis de angustia, los Diablos Rojos fueron capaces de reponerse de errores propios y, de último minuto, echaron a los asiáticos para citarse con Brasil en cuartos de final

- Julio de 2018 Agencias/Rostov

Un gol en la última acción del partido de Nacer Chadli, que había ingresado en la segunda parte, consumó la épica remontada de Bélgica ante Japón, que llegó a tener dos goles de ventaja al inicio de la segunda parte.

La última jugada, una demostraci­ón de contraataq­ue conducida por Kevin de Bruyne, Eden Hazard y Thomas Meunier, autor del pase definitivo, situó a Bélgica por tercera vez en su historia en los cuartos de final de una Copa del Mundo.

El equipo de Roberto Martínez, que se verá en cuartos con Brasil y que reaccionó a tiempo, frustró el sueño de Japón, que difícilmen­te tendrá tan cerca otra ocasión de hacer historia.

Nunca sobrepasó octavos. En Rusia estuvo a un paso, pero no logró mandar a casa a un equipo que contempla esta edición como la última de su generación dorada. Vio la penumbra que sometió a Alemania, Argentina, España o Portugal. Y escapó a última hora, como pudo.

Japón quiso dar la sensación de advertir a su rival que no tenia complejos. Arrancó con una presión alta. Suele hacerlo el conjunto de Akira Nishino que busca dejar lejos al adversario, al menos de inicio. Como una declaració­n de intencione­s.

Incomodó la puesta en escena a Bélgica y un mal despeje de Vincent Kompany, apuesta defensiva de Roberto Martínez, fue recogido por Shinji Kagawa, que disparó fuera.

Bélgica tomó el balón y la iniciativa en los mejores momentos de Dries Mertens, que intervino en cada acción del ataque de los Diablos Rojos. Se movió bien el jugador del Nápoles, el único que supo encontrar espacios entre la maraña nipona. También Eden Hazard convirtió en amenaza cada movimiento.

Romelu Lukaku tuvo un par de intentos. Nada limpios. Interrumpi­dos casi siempre por un defensa japonés. Bélgica no estaba bien. En pocas veces su dominio incomodaba al contrario y el portero Elji Kawashima solo era tenido en cuenta para despejar alguno de los centros laterales europeos.

Japón estaba al acecho. Pendiente de las lagunas belgas. Takashi Inui puso a prueba a Tobi Andereweir­eld cuando bajó BÉLGICA Arena Rostov Asistencia: Árbitro: Goles Minuto Autor JAPÓN Situación la intensidad de Bélgica, poco antes del descanso. Un tiro de Yuto Nagatomo, aparenteme­nte inofensivo, sobresaltó a Roberto Martínez. Se le escapó bajo las piernas a Thiboaut Courtois, que reaccionó a tiempo.

Pero fue en un latigazo de esos donde Japón marcó. Fue tras el arranque del segundo acto. Un buen centro de Gaku Shibasaki dejó en evidencia a Jan Vertonghen, quien no pudo evitar que el balón llegara a Genki Haraguchi y cruzara la pelota a Courtois.

Bélgica se descompuso. Pudo empatar con una respuesta de orgullo de Hazard que se estrelló en el palo. Pero fue Japón el que volvió a golpear.

El equipo de Roberto Martínez perdió el rumbo. Descolocad­o sintió la presión. Un nuevo error defensivo, un mal rechace de Kompany cayó a pies nipones en la media luna. En los de Shinji Kagawa que vio a su lado a Inui, quien paró el balón, miró a Courtais sin que nadie lo amenazara y soltó un latigazo que superó al portero del Chelsea. A falta de 38 minutos los Diablos Rojos tenían dos goles en contra.

El sistema tan elogiado de Roberto Martínez estaba hecho trizas en ese momento. Los tres centrales eran puestos en evidencia por la velocidad japonesa. Especialme­nte de Haraguchi, Shibasaki e Inui.

Romelu Lukaku, del que no habían noticias hasta ese momento, estuvo cerca del gol al rematar de cabeza un centro de Hazard, justo antes de que el selecciona­dor pretendier­a un golpe de timón con un doble cambio. Marouiane Fellaini y Nacer Chadli sustituyer­on a la vez a Dries Mertens y Yannick Ferreira Carrasco.

Antes de que diera tiempo a plasmarse sobre el campo, Bélgica acortó distancias en una jugada que delató las carencias del conjunto asiático. Una mala salida de Eiji Kawashima, un despeje sin ton ni son y un centro de cabeza de Vertonghen que se cuela en la portería.

El gol espoleó definitiva­mente a los europeos, que con poco estaba de vuelta al partido. Hazard apareció. Asumió el reto. Puso el balón en la cabeza de Fellaini, que empató a falta de un cuarto de hora del cierre.

El arquero Kawashima evitó la remontada con tres intervenci­ones salvadoras, pero no la del último minuto. Un contraataq­ue de manual encabezado por Courtois y culminado por Chadli echó por tierra las esperanzas niponas y llevó a Bélgica a cuartos de final, donde lo espera Brasil.

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La alegría se desató después del tercer gol de Bélgica
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Fellaini (8) fue un verdadero dolor de cabeza para los japoneses
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