Ven, refúndate oootraaa vez
Mucha gente ha enarcado las cejas como La Doña porque aquellos que se la pasaron durante tres procesos electorales señalando a Amlove en un tono que estaba entre la burla y el asco no han sido fusilados en el Cerro de las Campañas, digo, de las Campanas. O sea, por Dios, no se vería bien andarle jugando al Robespierre.
Aunque no deja de ser un poco extraño el video donde todos los empresarios con los que El Peje se estuvo peleando de manera escandalosa lo llenan de cariños y flores, la actitud es sin duda comprensible habida cuenta del avasallador triunfo de Morena. Sin embargo, lo de Claudio X. González supera cualquier fantasía animada de ayer y hoy; verlo recibir a su acérrimo enemigo con la mano tendida y la sonrisa amplia es algo que nunca pensé que Dios me iba a prestar vida para alcanzar a vislumbrarlo.
Pero bueno, cualquier cosa es mejor y refundidos luchar por refundarse, como les está pasando al PRI, PAN y PRD, que todavía en estado grogui están medio pensando qué van a hacer con los restos del naufragio, mientras las aves de rapiña revolotean alrededor en espera del momento propicio para hacerse de la carroña.
Ahí tenemos a Ulises Ruin apuntándose para acabar con lo que queda del partido tricolor, en tanto Gamboa Patrón afirma que “nos dimos un balazo en el pie”. Y qué decir de Ernesto Cordero, que, luego de jugarle al mago blanquiazul, ya busca recuperar sus derechos partidistas —recordemos que antes de ser apabullado electoralmente, la última voluntad de Anayín Canallín fue sacar a don Neto del partido— para recuperar la franquicia y echar a patadas a Zepeda y sus amigos. Pero el mejor caso es el del otro Zepeda, Juan, que, sin consultar a los Chuchos que siguen instalados en la neymariña, declaró que “si el PRD no sirve, pues hacemos otro”. Un estadista sin duda, que merecería estar desde ahorita en la Rotonda de los Hombres sin Lustre.
Y todavía hay gente que se atreve a discriminar al Mijis (el hoy diputado morenista de San Luis Potosí) solo porque no anda encorbatado ni oculta su pasado de chavo banda ni se avergüenza de sus tatuajes. Ese clasismo no lo tiene ni Donald Trum. Y aún así, con ese cavernicolismo disfuncional que nomás no sale ni con aguarrás, México es capaz de crear fenómenos como el siguiente: contra todos los pronósticos, millennials y mirreyes, lobukis y ladies, representantes de nuestras juventudes, no votaron ni por el robótico Anaya ni por el errático dotor Mit, sino por López Obrador.
Ya se refundieron, no se refunden. M