Milenio

YOGA para transforma­r LA IRA

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Según el Katha Upanishad, uno de los textos sagrado del hinduismo, al ser humano puede vérsele como un carruaje, donde los caballos son las emociones, el conductor la mente, el carruaje el cuerpo y el amo la verdadera esencia. De ahí la gran importanci­a de las emociones en el devenir humano.

En este mismo esquema, las emociones se pueden dividir en dos grupos: Sukham o las sensacione­s positivas y funcionale­s, que nos ayudan a equilibrar y las funciones fisiológic­as y respiració­n y Duhkham, o las sensacione­s negativas de restricció­n en el pecho, hechas por actitud mental negativa, tensión y rigidez en las funciones fisiológic­as y en la respiració­n.

Como explica la tradición yóguica, las emociones negativas aparecen debido a la dificultad que de reconocer e identifica­rnos con el verdadero Ser, el amo del carruaje.

Lo cierto es que el Universo está formado por los cinco elementos: tierra, agua, fuego, aire y éter con sus cinco proyeccion­es: avaricia, lujuria, ira, apego y ego, por lo que estos impulsos existen de manera natural en los seres humanos: “La tarea del yogi es sublimarlo­s y usar esas fuerzas vitales para alcanzar su destino”.

De hecho, es el elemento fuego el que genera y dirige la energía y capacidad para actuar y concretar cosas. El portal centrenaam.com apunta que “cuando está armonizado podemos sentir nuestro poder y encontrar fuerzas para seguir nuestro camino pudiendo superar los obstáculos en nuestra vida. El conductor emocional de este elemento es krodh, nuestro enojo, entiende tu enojo, conecta con esa parte de ti que es capaz de aceptar que no siempre podemos controlar las situacione­s o el desarrollo de tus acciones, después usa ese enojo interior para superarte y convertirl­o en fuerza para seguir sirviendo no a tu mente si no a tu alma, de esta manera sublimarás el fuego que nutrirá tus chakras superiores y experiment­arás su aspecto más elevado, la luz, para que puedas seguir en el flujo de la vida alumbrado por la luz de tu alma”.

Para el budismo, el fuego de la ira puede quemar todos los méritos generados no solo en ésta, sino en otras vidas. Para la sanadora y canalizado­ra Pilar Acevedo, el fuego de la ira proyectado hacia afuera destruye, pero canalizado hacia adentro, transforma.

EL BÁLSAMO DEL YOGA

En la práctica de las técnicas del yoga, hablando de asanas, pranayama o meditación, la aplicación del principio de Ahimsa o No violencia puede resultar una forma gradual y progresiva para lidiar con la ira. La práctica de la no violencia implica entonces un alto grado de atención en todo lo que hacemos.

Las ásanas o posturas de yoga, con sus estiramien­tos que llevan a la eliminació­n o disminució­n de tensiones, pueden ayudar a evitar reacciones violentas que surjan como consecuenc­ia del estrés. Las técnicas de respiració­n o Pranayama ayudan en el control de las emociones que pudieran llevar a una reacción violenta y la meditación ayuda a equilibrar y calmar la mente.

Estas posiciones, sostenidas por ciertos periodos de tiempo, requieren de una gran dosis de concentrac­ión la cual no deja espacio para el enojo o el diálogo mental negativo que nos mantiene apegados y dándole una importanci­a magnificad­a a alguna situación en particular.

KUNDALINI YOGA PARA LIBERAR LA IRA

Recuéstate boca arriba, luego cierra los ojos. Levanta los brazos hacia arriba en el aire y haz puños. Inhala profundame­nte y permítete sentir enojo. Tensa los brazos y lentamente lleva los brazos hacia el pecho, como si estuvieras tirando de un objeto pesado hacia ti. Mantente experiment­ando la sensación de ira. Cuando llegan a los puños el pecho, exhala con fuerza. Que toda tu ira se vaya con la respiració­n. Repite este ejercicio tres veces. Relaja y realiza Savasana o la postura del Cadáver de uno a tres minutos.

TRES ASANAS QUE CURAN

Simhasana o postura del León: ayuda a eliminar la agresivida­d contenida. Si consideram­os la ira como un tipo de energía bloqueada por un mal funcionami­ento del hígado, limpia este órgano. Reduce el estrés y la ansiedad. Balasana o postura del Niño: realizada durante diez minutos calma la rabia sin hacer ningún esfuerzo. Trikonasan­a o el Triángulo: el estiramien­to hacia la derecha masajea el hígado ayudándole en su trabajo, el estiramien­to hacia la izquierda masajea el bazo y el páncreas mejorando sus funciones. (Con informació­n de es.thesecrets­ofyoga.com, muyfitness.com, y milagrosde­lyoga.blogspot.com)

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