Ganó la democracia, ganó México
La elección fue ejemplar: los crayones sirvieron, los funcionarios de casilla fueron responsables y no hubo intentos de fraude; el mensaje es que tenemos una sociedad participativa, un sistema electoral sólido y políticos maduros
Hace ocho días, millones de mexicanas y mexicanos salimos a votar de manera pacífica y en libertad. Ese día, por la noche, con las cifras oficiales que el Instituto Nacional Electoral (INE) hizo públicas, de carácter preliminar, nos enteramos que de la relación de ciudadanos inscritos en la lista nominal de electores, con credencial vigente para ejercer su derecho de votar, acudieron a depositar su voto en las casillas 56 millones 493 mil 522 electores, lo que representa una participación ciudadana de 63.4333 por ciento.
Todo un hecho histórico en la vida electoral de México, porque es un indicador de que los ciudadanos realmente participan en las grandes decisiones de la vida política de su país. Votaron los jóvenes, los adultos y los ancianos, los hombres y las mujeres que a través del voto manifiestan su apoyo a las propuestas de los candidatos que les convencieron, para tener un mejor país.
Ese día, los mexicanos y mexicanas eligieron al próximo presidente de la República, a 500 diputados federales, 128 senadores, nueve gobernadores, 16 alcaldes de la Ciudad de México y diversos cargos a nivel local.
El mapa político del país cambió y por primera vez, después de 21 años, los ciudadanos en su mayoría no regatearon la confianza ni el apoyo al candidato ganador de la elección con más de 30 millones de votos.
Le otorgaron además la mayoría en el Congreso con cerca de 300 diputados y 70 senadores, asimismo el apoyo mayoritario se repitió, en términos generales, en las elecciones locales simultáneas. En principio, Morena tendrá mayoría en 19 congresos locales.
El reconocimiento de los tres candidatos a la Presidencia que no obtuvieron el triunfo y el de los resultados del conteo rápido de presidente de la República son un ritual democrático fundamental para mantener la paz social y el rumbo democrático de México, algo normal en países desarrollados y a lo que ya no estábamos acostumbrados. El mensaje al mundo es que tenemos una democracia de calidad, una sociedad participativa, un sistema electoral sólido y una madurez plena de los actores políticos.
Es importante destacar el grado de precisión que tuvo el comité del conteo rápido el día de la elección, se señaló que el candidato Andrés Manuel López Obrador tendría entre 53 y 53.8 por ciento y al término de los cómputos distritales el resultado final fue que obtuvo 53.1 por ciento, es decir, el conteo rápido, del que en ocasiones se duda, fue eficiente y predijo adecuadamente la tendencia de la votación.
Los crayones del INE sirvieron, los funcionarios de casilla fueron responsables y actuaron con un alto sentido de responsabilidad cívica y no se presentaron los intentos de fraude y trampa que se anunciaban en las redes sociales.
Es importante recordar que el cómputo final de la elección presidencial no le corresponde hacerlo al INE. Es el único caso en el que una decisión del INE, incluso sin ser impugnada, pasa para su continuidad legal a la Sala Superior del Tribunal Electoral de Poder Judicial de la Federación (TEPJF), donde el cómputo final, la declaración de validez y, en su caso, la entrega de la constancia de presidente electo le corresponde a la Sala Superior.
La elección fue ejemplar, ya que por primera vez en la historia del México democrático habrá en la Cámara de Diputados 51.2 por ciento de hombres y 48.80 por ciento de mujeres, cuando hoy son 57.6 por ciento y 42.2 por ciento, respectivamente.
Y en el Senado habrá 50.78 por ciento de mujeres y 49.22 por
Por primera vez habrá paridad en el Congreso y 13 diputados federales
indígenas, seis mujeres
ciento de hombres, actualmente son 67.19 por ciento y 32.81 por ciento, respectivamente, es decir, el principio de paridad que está en la Constitución desde 2014 ahora será realidad.
Además, habrá en el Congreso 13 diputados federales de distritos indígenas, de ellos seis son mujeres, algo que también es un reconocimiento a nuestra composición social pluricultural. Estoy seguro de que serán voces escuchadas y que pugnarán por mejorar las condiciones de vida de los pueblos y comunidades indígenas. Es solamente un paso de muchos que tendrán que darse.
Algo también muy importante fue el voto de los mexicanos desde el extranjero, que finalmente refleja que los paisanos que residen en otros países, principalmente en Estados Unidos, están en la misma dinámica que la mayoría de los mexicanos. De 98 mil 470 votos recibidos, 63 mil 863 votaron por Andrés Manuel López Obrador, 26 mil 344 por Ricardo Anaya, 4 mil 613 por José Antonio Meade y mil 868 por Jaime Rodríguez. Estas cifras son similares, proporcionalmente, a la votación en el país. El voto desde el extranjero hay que seguirlo impulsando, ya que es un hecho de que nuestra vida democrática trasciende las fronteras. En los cómputos distritales, finalmente se confirmó que los ciudadanos contaron bien los votos; sin embargo, debido a la desconfianza que tenemos desde la ley electoral, se tuvieron que recontar 75 por ciento de los votos, que son más de 41 millones, desde luego por causas legales previstas. Este trabajo resulta innecesario en una elección tan clara como lo fue en esta ocasión la presidencial. Habrá que revisar algunos temas que tenemos en la ley para adecuarlos a la realidad de cada elección. Es hora de innovar en nuestra regulación electoral, para erradicar todo indicio de desconfianza, esto nos permitirá hacer las elecciones menos costosas, tener resultados oficiales más rápido y poder impulsar el voto desde el extranjero. Habrá tiempo de analizarlo, nuestra sociedad ha demostrado que está lista para hacerlo. m