Milenio

HENRY MOLDEA AL DEPREDADOR

El ex delantero, campeón del mundo con Francia en 1998, se encarga de perfeccion­ar el ataque de Bélgica

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Thierry Henry alcanzó la gloria con Francia en el Mundial de 1998, jugó seis partidos y anotó tres goles. Es el máximo anotador en la historia de los Bleus con 51 tantos, pero ahora está integrado en el cuerpo técnico del español Roberto Martínez, selecciona­dor de Bélgica.

Fue en agosto de 2016 cuando Henry se sumó al cuerpo técnico de los Red Devils, su tarea consistirí­a en potenciar el desempeño de los delanteros belgas que si bien ya estaban en equipos de élite, les faltaba una dosis de efectivida­d. Los resultados son más que claros, con Bélgica siendo la selección más goleadora en Rusia con 14 anotacione­s.

El ejemplo más claro del aporte de Henry es la complicida­d que ha logrado con Romelu Lukaku, el atacante del Manchester United que es, además, el hombre más efectivo de los belgas en este Mundial, cuatro anotacione­s y la muestra de cómo sus capacidade­s se han visto mejoradas, no solo en la definición, sino en la conducción y en su juego fuera del área, por esa química con Henry.

Como ejemplo, el segundo gol que Bélgica le asestó a Brasil, con un contragolp­e endemoniad­o de Lukaku a base de potencia, dejando a dos jugadores en el camino y asistiendo a Kevin de Bruyne, hacen recordar las arrancadas que en su momento llegó a tener Henry, en sus distintos equipos y con la misma selección de Francia.

Romelu es un tipo ambicioso, debe serlo porque es la condición nata de un centro delantero, pero sabe que en un Mundial la solidarida­d y el sacrificio son los que pueden llevar a todo el bloque a la conquista de la gloria.

“Por supuesto que quiero marcar pero, al mismo tiempo, trato de trabajar lo más que pueda para el equipo. No tengo que demostrar lo que valgo (como goleador). Todos saben que puedo anotar con cada oportunida­d que me

Hablo de todo con Thierry, me aconseja sobre cómo ganar el espacio como él solía hacerlo” ROMELU LUKAKU Delantero de Bélgica

proporcion­an en el área, pero lo individual no cuenta aquí”, comenta el atacante belga.

Así ha sido la historia de Lukaku, siempre luchando por superarse en las adversidad­es que se le presentaro­n desde niño, cuando un día descubrió a su madre mezclar agua con leche para que tuviera algo que llevarse a la boca.

Fue entonces cuando, mientras se calzaba las botas de su padre —no tenía unas propias—, se propuso ser profesiona­l. Era la forma de cumplir la promesa que le hizo a su abuelo de salvar a su familia de su triste situación.

El 13 de mayo de 2009, cuando cumplió 16 años firmó su primer contrato con el Anderlecht. Once días después, tras rebasar la edad mínima exigida, fue citado para el segundo partido de la eliminator­ia por el título ante el Standar de Lieja.

Lukaku culminó, así, su lucha contra el tiempo, pero también contra la pobreza —“todavía recuerdo las ratas corriendo por mi apartament­o”, asegura—, la marginació­n y el racismo. Porque con 11 años, jugando con el equipo juvenil del Lièrse, el padre de uno de los niños rivales trató de evitar que entrase en la cancha.

“Empezó a preguntar: ‘¿qué edad tiene este chico? ¿Dónde está su carnet de identidad? ¿De dónde es?’”, contó Lukaku en The Players’ Tribune. Como internacio­nal con Bélgica sintió igualmente esa discrimina­ción. “Cuando las cosas iban bien, los periódicos hablaban de mí como Romelu Lukaku, el delantero belga. Cuando las cosas iban mal, era el delantero belga de origen congoleño”, dijo.

A día de hoy, con la selección acomodada en las semifinale­s del Mundial de Rusia y a sus 25 años, sigue compitiend­o con la voracidad de cuando era muchacho. De cuando, con 16 años, reclamó un puesto en la formación titular del plantel Sub 19 del Anderlecht prometiénd­ole al entrenador que alcanzaría los 25 goles. Le sobraron meses, ya que logró esa cifra en noviembre. “¿Cómo iba si no a poder firmar un contrato profesiona­l?”, se justificó.

De ahí dio el salto a Inglaterra. Pasó por el Chelsea y el West Brom. Brilló en el Everton y José Mourinho lo reclamó para el Manchester United. Al mismo tiempo fue creciendo su importanci­a en la selección. En Rusia, junto a Kevin De Bruyne y Eden Hazard, es la principal arma ofensiva de los Diablos Rojos.

Esa condición se la ha proporcion­ado el trabajo que ha hecho junto a él Thierry Henry. “Recuerdo que cuando era pequeño no teníamos televisión así que no podía verlo los días de partido. Ahora, en cambio, estoy aprendiend­o de él cada día en el equipo nacional. Entreno con una leyenda”, explicó Romelu sobre el legendario delantero galo.

“Me aconseja sobre cómo ganar el espacio como él solía hacerlo. Y, quizás, Thierry es el único tipo en el mundo que ve tanto futbol como yo. Hablamos de todo, incluso sobre la Segunda División de Alemania”, abundó.

Este martes, Henry tratará de dar los mejores consejos a Lukaku, para que él y el resto de atacantes de los Red Devils lastimen a la defensa de Francia, si sus consejos resultan certeros, la escuadra gala dirá adiós al Mundial de Rusia, será un golpe anímico con doble sentido para Thierry, de felicidad porque habrá hecho su trabajo de la mejor manera, pero con una mezcla de dolor al privar a Francia de una Final de Mundial.

Francia debe tener cuidado, el mejor anotador en la historia de su selección, moldea los demonios ofensivos de Bélgica.

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FOTOS: REUTERS Y AFP Thierry Henry, en un entrenamie­nto de Bélgica junto a Romelu Lukaku
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